Nacionales
Domingo 15 de julio de 2012, Costa Rica

Editorial

Y si ocurre una desgracia…...

Redacción Al Día

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Y un buen día se reunieron los presidentes de los equipos de Primera División y se salieron con la suya una vez más. Los estadios donde haya casos de violencia no serán vetados, sólo se les aplicará una multa económica.

Los dueños de la bola –porque los futbolistas cada día pesan menos en Costa Rica- justificaron la decisión en que la medida será más dura porque golpeará el bolsillo de los clubes.

¿Acaso es la mejor solución? ¿Frenará la violencia en las gradas? Definitivamente no. Y sobran los casos para afirmarlo. En setiembre de 2010, un zafarrancho entre aficionados de San Carlos y Herediano envió a un seguidor norteño al hospital con serias lesiones. La multa en aquel momento fue de ¢636.000. La sanción se pagó y el tema se archivó.

En el Invierno 2011, luego de una semifinal en Tibás, el Ricardo Saprissa fue vetado por lanzamiento de objetos. La “S” tuvo que abrir el siguiente torneo en el estadio Nacional.

Similar le sucedió a la Liga Deportiva Alajuelense y al Herediano que tras disputar la final de ese certamen, los dos acabaron con sus sedes censuradas.

En febrero pasado, un enardecido aficionado liguista lanzó su reloj desde una gradería del Morera Soto e impactó al defensor saprissista Douglas Sequeira. El futbolista terminó en el suelo con una notoria herida, el caso se llevó a un tribunal de flagrancia y se resolvió por las buenas.

El campo liguista no fue sancionado de inmediato, sin embargo, un mes después, luego de una investigación se vetó su campo. El cuadro erizo se vio obligado a disputar un juego contra Orión a puerta cerrada.

Un antecedente más. En abril anterior, de nuevo, el estadio saprissista ocupó el centro de la polémica, perder un juego regular contra su archirrival Alajuelense desembocó en una butaca, monedas y botellas tirados en el terreno. La pena fue de sólo ¢142.000.

El peor mensaje posible

¿Qué le están diciendo los dirigentes a la afición con quitar el veto de las canchas?.

Asistan al estadio, si desean tirar lo que quieran, háganlo, dense de trompadas, invadan la cancha, agredan a un futbolista, al técnico visitante (o al local si pierde) y desaten su ira contra los árbitros, que de por sí no tienen “afición” que los defienda.

De todos modos la multa se paga, el escándalo dura tres días y la pelota seguirá dando tumbos como si nada hubiera sucedido.

A la fecha siguiente las puertas seguirán abiertas de par en par sin problema. Y si te vi no me acuerdo...

Pésima señal, terrible mensaje y un peligrosísimo portillo para que los actos de violencia se mantengan intocables. Es harto conocido que el fútbol es un imán para los pleitos, dentro y fuera del campo, y si no le ponen freno, las consecuencias serán lamentables.

¿Será que los dirigentes están esperando que ocurra una tragedia para cambiar?. Que ocurra una desgracia, que las fotos y videos le den la vuelta al mundo y Costa Rica sea parte de esa cadena de noticias que, pese a la regularidad con la que ocurren, no pierden impacto.

Esperemos que no, pues el dedo acusador señalará a los responsables con nombres y apellidos, por el gran “favor” que le están haciendo al embarrialado fútbol nacional.