A la provincia de Salem, ahora conocida como Denvers, en la bahía de Massachussets, Estados Unidos llegó Samuel Parris, un reverendo proveniente de las Antillas.
Hablamos del período comprendido entre febrero de 1692 y mayo de 1693, en aquel entonces era un lugar lleno de puritanos, por lo que Parris no veía que tuviera nada de malo que las niñas jugaran con Tituba (esclava de las Antillas).
Según mundoparanormal.com, Tituba inventaba todo tipo de distracciones, entre las que figuraban trucos sencillos e historias de miedo.
Poco a poco, la conducta de Elizabeth –hija de Parris de nueve años– y Abigail –prima de 12– comenzó a cambiar, “de acuerdo a los escritos gritaban y lloraban sin motivo, decían poder ver cosas en las habitaciones y una corría en cuatro patas mientras ladraban como perros”, recopiló la página misteriosyleyendas.com.
Ante esto, William Griggs, el médico de Salem, fue llamado para que las examinara, sin embargo, fue incapaz de descifrar cuál era su mal y fue así que determinó de que se trataba de un caso de brujería.
Las primeras tres acusadas, Sarah Good, Sarah Osborne y Tituba, fueron interrogadas varios días y enviadas a prisión tiempo después. La caza de brujas fue un hecho y la histeria colectiva se dio en medio de acusaciones, que iban y venían. En 1692, Bridget Bishop, fue la primera persona ahorcada. Tras su muerte vinieron muchas más tanto de hombres y mujeres, en total 20 personas ahorcadas, 200 fueron apresados y 200 más fueron acusados de practicar brujería.
Según se dice, esta caza decayó cuando los acusados comenzaron a pertenecer a las clases altas y aunque parezca una burla, años más tarde los jurados firmaron una “confesión de error” y suplicaron clemencia por haber condenado a muerte a tantos inocentes.
No obstante, existen otras teorías, una de ellas indica que Salem atravesó un período de fanatismo religioso, en donde cualquier cosa era sinónimo de diabólico y otra es que existía familias con mucha rivalidad, por lo que había un complot para destruir a otros.