Pocas personas lo saben. Carlos Álvarez nunca ha querido hablar del asunto hasta ahora. Hace exactamente 14 años que lo apuñalaron saliendo de una actividad con Omega.
El popular locutor de “El manicomio de la risa” quiere hacer un disco compacto de los dos casettes que grabó en ese tiempo, “Vivir” y “Volver a vivir”, con pensamientos y reflexiones, cuando estuvo a punto de morir.
“Lo cuento para que la gente lo piense, antes de perder la calma por una estupidez. Puedo decir que hubo un Carlos antes y uno después de ese hecho”, manifestó Álvarez.
Por peleón
Carlos recuerda que antes Omega hacía bailes que se llamaban “Los favoritos de siempre”. “Fuimos a Bello Horizonte de Escazú y la gente la pasó muy bien”.
Una vez que terminó el bailongo, montaron todo a la móvil y partieron rumbo a la casa.
“La salida era muy angosta, por una callecita por la cual iba un grupo de hombres, Jorge ‘Koki’ Hernández, les tocó el pito para que nos dieran campo y en lugar de eso nos golpearon el carro”, recordó.
Álvarez manifiesta que siempre se arrepentirá de lo que hizo. “Fue la estupidez más grande, me bajé y se armó la pelea. Al grupo de desconocidos se les unió una turba, mis compañeros se bajaron y puñetazos iban y puñetazos venían hasta que sentí un golpe distinto al costado izquierdo de mi espalda”, manifestó.
Le había clavado un puñal y de la herida salía un chorro de sangre. “Ahí todo terminó, me subieron a la unidad y me llevaron a una clínica privada”.
Allí lo cocieron y lo mandaron a la casa, pero al herida se complicó y empezó a orinar sangre. Tuvo que ir al hospital Calderón Guardia donde lo internaron 10 días, pues le habían “tocado” un riñón. “Por esa tontería tuve que estar un mes en reposo, seis meses en tratamiento y siete años en control”.