Nacionales
Domingo 13 de mayo de 2012, Costa Rica

De hoy

Evangelio

Álvaro Sáenz Zúñiga, presbítero

asaenz@liturgo.org

Alguno podría hoy preguntarse: ¿es posible conocer a Dios? En este VI domingo de Pascua Jesús propone un genial método para conocer a Dios: el amor, porque Dios es amor.

Hablando a sus apóstoles en la Cena, Jesús les revela todo su amor por nosotros, un amor sólo comparable con el que él recibe del Padre. Es decir, Cristo nos ama con el mismo amor que goza al interno la Trinidad.

¡Qué delicadeza la de Dios para con nosotros! Nos ama y su mismo Hijo nos pide permanecer en su amor. De seguro el Hijo en la encarnación aprendió cuan inconstantes y flojos somos. “Permanezcan en mi amor” nos dice, y agrega cómo: “cumplan mis mandamientos”. Claro que no habla de la antigua ley, con sus portillos y evasiones, sino de su nueva ley, la del amor, la de la fidelidad al reino, de total entrega y sin mezquindades. Solo amando, pues, sabemos quién es Dios y cómo es Dios.

Jesús reitera su mandamiento de tres ángulos y una sola acción. Amor en tres direcciones que empieza por Dios, con todo el corazón, el alma, la mente y el ser; y luego va al plano humano, amor al prójimo como a nosotros mismos.

Ahora bien, el mandamiento existía ya en el Antiguo Testamento, pero Jesús le aporta su novedad. No es amor superficial, egoísta o evasivo, porque es según el modelo de Jesús. Debemos amarnos “como él nos amó” y él mostró su amor muriendo por nosotros en la cruz. La nueva ley, pues, es dar la vida por el otro porque, y lo dice con sencillez: “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos”.

Y oímos una frase que nos hace ruborizar. Jesús reafirma su amor por nosotros al garantizar: “No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes”. Y resella la elección pidiéndonos vivir ese su amor. Él nos ha destinados a dar fruto, y un fruto duradero. Sepamos que para vivir fielmente ese amor lo que hacemos es simplemente amar.

Jesús nos manda: “ámense los unos a los otros”. Desgraciadamente no le hacemos caso.