Los llaman los hijos del tamal, de las fiestas o de los fríos navideños. El caso es que en este mes las maternidades de los hospitales de nuestro país están al tope.
Según datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), durante setiembre los nacimientos en los centros médicos de la institución se incrementan alrededor de ocho por ciento.
Así por ejemplo, mientras en julio del año pasado se reportaron 5.838 nacimientos, en setiembre de ese mismo año la cifra de alumbramientos ascendió a 6.492.
Moisés Fallas, subdirector del Hospital Nacional de las Mujeres, aseguró que durante ese mes ocurren entre 50 o 75 nacimientos más de lo habitual en ese centro.
Es por esto que desde antes se preparan con personal extra, además procuran dar las citas temprano a otros pacientes para tener la mayor cantidad de camas disponibles de otros servicios para el área de maternidad, y así evitar la común escena de mujeres en labor de parto en camillas ubicadas hasta en los pasillos.
Sin embargo, según Fallas, año con año este famoso “pico de nacimientos” va disminuyendo.
Luis Paulino Hernández, director del Hospital Calderón Guardia, aseguró que durante este mes la capacidad de ese centro médico se encuentra a un 115 por ciento y deben buscar camillas de otros servicios para atender a las pacientes embarazadas.
Según Hernández, solo en el Calderón Guardia atienden alrededor de 500 partos por mes, pero desde agosto las cifras se disparan y llegan a atender entre 550 o 600 mujeres, hasta setiembre.
El promedio diario de nacimientos en ese centro es de 18 y este mes alcanzan hasta 25.
Bienvenida a neonatos
Pero no solo en obstetricia corren para atender la demanda de las mujeres en labor, pues en los servicios de neonatos también hacen malabares para recibir a los recién nacidos.
Carlos Torres, jefe de Neonatología del Hospital México, comentó que en ese centro médico durante los meses de setiembre y octubre pasan de recibir 15 ó 18 a 20 ó 23 bebés diarios.
“Se toman medidas con las camas y con mayor disponibilidad de parte de los médicos, la gran ventaja es que la gran mayoría de los bebés son niños de término (no prematuros), por lo que no requieren muchos cuidados extras”, explicó el especialista.
Los médicos apuntan a que a este incremento se debe a las celebraciones de fin de año, pues el ambiente navideño propicia la cercanía entre las parejas. También intervienen otros factores como las vacaciones y las fiestas que hacen que muchos se olviden de los métodos anticonceptivos.
Cada vez somos menos
Sin embargo, eso solo ocurre durante este mes, pues la tónica en nuestro país es que cada año nacen menos niños.
Dichos datos son reflejados en las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), que sitúan a Costa Rica como uno de los países de Centroamérica con la tasa de natalidad más baja.
Según el INEC, el censo del año pasado reveló que en los últimos 11 años el crecimiento de la población fue de 1,1 por ciento.
Así, durante el 2009 el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) registró 90.002 inscripciones, al año siguiente la cifra cayó a 72.701 y el año pasado repuntó a 77,697.
“Antes era culpa de las cogidas de café”
El aumento en los partos durante este mes, no es cosa nueva, por el contrario cada vez es menos evidente, sin embargo, tiene detrás una historia muy típica.
Según el sociólogo Miguel Sobrado, la llegada de tanto bebé por estas fechas era atribuida hace varias décadas a las famosas cogidas de café que se realizaban en diciembre y enero.
Además, eran comunes los matrimonios en los meses de noviembre y diciembre y contrario a lo que ocurre ahora, las parejas no tardaban en concebir, luego de dar el sí frente al altar.
“Esto ya no es así, ahora la principal razón son las fiestas de fin de año que estimulan la relación”, dijo.
Sobrado también hizo referencia a la tradición para explicar el por qué cada vez las parejas tienen menos hijos o postergan el momento para convertirse en padres.
Según indicó, antes tener hijos era una bendición y como la mayoría de familias dependía de las labores del campo para subsistir, entre más herederos había, más mano de obra para atender dichas labores tendría el jefe de la familia, lo que se traducía en más desarrollo económico.
Hoy en día es todo lo contrario, la gente lo piensa más para tener hijos pues más bien representan un mayor gasto.
Sin embargo, esto no resulta positivo pues los efectos se verán dentro unos años cuando la población en su mayoría sea de adultos mayores.
“Hay una población joven “nini” (ni trabajan ni estudian) y si nosotros no formamos bien esta gente, va a haber tragedia dentro de 40 años, porque no van a poder sostener el sistema, ” afirmó Sobrado.
Nacimientos en hospitales de la CCSS
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