Wayne Rooney volvió a su mejor nivel una vez que logró resolver una de las mayores fuentes de estrés de su vida: una incipiente calvicie.
Alarmado, el delantero del Manchester United y la selección inglesa gastó $50 mil (¢25 millones) en la pretemporada para hacerse un trasplante capilar. Los resultados son evidentes, tanto en su testa como en la cancha. “Estoy seguro que para aquellos de ustedes que se están quedando calvos, es algo estresante”, dijo Rooney ayer en la concentración de Inglaterra. “Por eso decidí hacerlo”, dijo.