Su factura asciende los $10 millones (unos ¢5 mil millones aproximados), esto después de 20 años en el modelaje internacional y a pesar de su polémica vida entre aeropuertos, discotecas, drogas y clínicas de rehabilitación.
Desde su temprano descubrimiento, según evidenció Catherine Kendall, periodista de una revista londinense, Kate Moss se constituyó en un modelo de imperfección, la joven perdió su virginidad con 14 años y a los 15 se bebía ella sola una botella de whisky.
Todas estas acusaciones en los tabloides británicos, como el “Daily Mirror” la tacharon en su momento como drogadicta, por esto y tras una demanda, el periódico tuvo que retractarse y pagar por daños.
También fue señalada como la culpable de generar la tendencia de anorexia mundial, al ser un mal ejemplo en la juventud, siendo el rostro de la prestigiosa Calvin Klein.
El 29 de setiembre del 2002 dio a luz a su hija Lila Grace. El padre es Jefferson Hack, un editor incapaz de sentar cabeza y que después recibió de parte de Moss unos $3 millones para que no ventilara sus secretos, sumado a la compra de una mansión en Londres.
Las extravagancias para la diva son su diario vivir, pero en ellas los vicios no podían faltar. En el 2008 fue captada saliendo completamente borracha de un club nocturno de Londres, acompañada de su novio Jamie Hince. Al próximo año celebró su cumpleaños con una fiesta que duró cuatro días, según reportó la agencia EFE.
Luego de estar en rehabilitación por su adicción al alcohol y hasta en una clínica psiquiátrica, Moss dijo: “Es hora de poner en orden mi vida porque ya no soy una niña”, pero todo eso quedó en el olvido en la fiesta de BBC Radio 1, en el 2010.
“Nunca desfilé sobria”, es su cita más polémica y la que encierra su vida, lo extraño es que sigue siendo portadas de “Vogue” y “W”.
A pesar de lo sobreexpuesta que ha sido su vida, Kate Moss guarda un secreto. Un pequeño corazón tatuado en la mano izquierda la vincula a un amor que nunca ha querido revelar.
Puede que ya no sea la mejor pagada y hace tiempo que dejó de ser la más joven, pero Kate Moss continúa siendo la modelo más influyente y... ¡rara!