Su imagen pertenece a una de las bandas inmortales del “thrash metal” estadounidense desde 1981 al presente.
Nació el 6 de junio de 1961 en Viña del Mar, Chile; es el cuarto hijo de una familia de nueve. Su nombre de pila es Tomás Enrique Araya, mejor conocido como “Tom”; bajista y vocalista de la banda Slayer.
Según material bibliográfico publicado en Wikipedia, en 1984, Araya solicitó permiso en el hospital en el que trabajaba para poder realizar la gira por Europa que Slayer tenía preparada, a lo que el hospital se negó. Después de más de un mes sin acudir a su trabajo, el hospital lo despidió.
Después de ahí, Tom no ha dejado de componer y mucho menos de hablar.
En una entrevista publicada en la página Jam.com, Tom es señalado como, “alguien que le gusta ser la imagen de chico malo”, no obstante, comentó que es un error en el que cae la prensa al decir que la banda son adoradores de Satanás.
En el documental, “Sam Dunn Metal: A Headbanger"s Journey” contestó a la pregunta “¿Dónde encaja el nombre del disco “God Hates Us All” (Dios nos odia a todos)?”: “Dios no odia a nadie, pero es un título genial”, respondió.
Una de sus aficiones es ir de paseo a la playa, en su visita a su país natal en 1994 fue recibido como un héroe, quiso ir como una persona normal, pero cuando la gente lo reconoció tuvo que correr con alrededor de 200 personas siguiéndole.
Entre sus anécdotas sobresalen la operación en la espalda que le impide hacer “headbanging” (agitar la cabeza hacia arriba y abajo) en los shows y la inolvidable pelea con Dave Mustaine, el líder de Megadeth relación que aún se mantiene.
La banda estadounidense es una de las “cuatro grandes” del “thrash” en pisar suelo tico, después de que ya lo hicieran Metallica, Anthrax y Megadeth.
Slayer sonará en nuestro país el 17 de junio en el estadio Saprissa, con un concierto que promete dejar impactados a todos sus fanáticos.
