París, Francia/ AP.- Cada vez que LeBron James quiere una dosis de humildad, observa una grabación de la final de la NBA de 2007.
San Antonio simplemente dominó hace cuatro años a sus Cavaliers de Cleveland y eso sigue siendo una enorme fuente de motivación para James, quien reconoce que las derrotas y humillaciones le sirven de energía.
Desde entonces, James ganó dos premios al jugador más valioso de la NBA y ha tenido ingresos por unos $200 millones (¢101 mil millones).
James disputará su segunda final de la NBA después que, junto con Dwayne Wade y Chris Bosh, condujo al Heat de Miami a un triunfo en cinco partidos sobre los Bulls de Chicago en la final de la Conferencia del Este. Pero sin duda, él fue la gran figura.
El último reto de la campaña son los Mavericks de Dallas, que visitarán al Heat el próximo martes para el primer encuentro de la gran final de la NBA.
“Pienso en eso todo el tiempo”, dijo James sobre la serie de 2007.
“Incluso me pongo a ver algunos de esos partidos y me doy cuenta de que no era tan buen jugador”, dijo el jugador del Heat.
Lo que sucedió en los 12 últimos meses –ser llamado cobarde por sus ex fanáticos en Cleveland, ser criticado por supuestamente no poder terminar lo que comienza, y todos los problemas que ha tenido el Heat– simplemente sirvió de motivación a James.
El alero también ha cumplido con su parte para acallar a los críticos con una serie de espectaculares cierres en estos “playoffs”.
James fue tan bueno en la final del Este, que su “ranking” entre los mejores jugadores de todos los tiempos se convirtió en un tema de debate anteayer.
Scottie Pippen dijo que su excompañero en los Bulls, Michael Jordan, probablemente es el mejor anotador de todos los tiempos, pero que James podría ser el mejor jugador de todos los tiempos.
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