Empaco maletas hacia Copa Oro, echo un par de libretas, unos cuantos lapiceros, grabadora, cámara y pasaporte con visa para un sueño (el que se le niega a la “Sele” cada vez que lo intenta).
Un par de tenis, pantaloneta y camiseta, por aquello de las carreras, en un torneo que va de aquí para allá, de allá para acá, más por intereses comerciales que deportivos, con una sede distinta para cada posible partido de la “Sele”.
Unas cuantas antifludes por si La Volpe amanece resfriado; a lo mejor, de manera repentina después de aparecer radiante, alguna pregunta parece congestionarlo -nada extraño según me cuentan quienes cubren sus conferencias de prensa-. Y aunque de buenas a primeras poco creo en lo que dicen, no está de más una antifludes.
Unas cuantas estadísticas y otro par de zapatos para mantener los pies sobre la tierra: solo una vez subcampeones, dos veces en el tercer lugar y otras dos en cuarto, después de nueve participaciones, tal vez sirvan para ubicar a nuestro fútbol en la Concacaf.
“Mejor, imposible”. No me refiero a las posibilidades ticas, sino a la película de Jack Nicholson y Helen Hunt, si acaso puedo eligir alguna entre viajes, sobre todo el primero, de dos horas y cincuenta minutos desde Costa Rica hasta Miami, tres horas y veinte de espera en el aeropuerto para el siguiente vuelo, más tres horas y quince hasta Dallas. No me ahorraría ni un solo segundo de las nueve horas y veinticinco minutos totales de viaje, pero a lo mejor, tras ese guión fenomenal, quiera ser una mejor persona.
Mejor, imposible. Ahora sí lo digo por la “Sele”, en proceso de armado, sin conjunto, con Bryan y Bolaños saliendo de pequeñas dolencias. Echo una velita, un buen libro, un crucifijo, los mejores deseos de cubrir para usted la Copa y regresar con la frente en alto.
Delirio envolvió a los seguidores ticos
Cartagena no pudo abrir el arco
Bolaños con tres días de descanso
La Volpe pudo conocer al “Popo”
Irá por títulos latinoamericanos
Brasileño y canadiense hicieron fiesta
Djokovic y Rafael Nadal avanzan
Es una fan incondicional de Verdasco