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Domingo 13 de noviembre de 2011, Costa Rica
Pasión por el deporte

Ejemplo a seguir por la manera como se entregó al boxeo

Joe “Smokin” Frazier: el hombre marcado por una pelea

Rodolfo Martín

rmartin@aldia.co.cr

Joe Frazier, el excampeón de los pesos pesados, que le propinó al legendario Muhammad Alí su primera derrota pero que siempre tuvo que estar a su sombra, falleció esta semana de un cáncer en el hígado a la edad de 67 años.

Joe, que enfrentó a Alí en tres memorables combates en la década de los 70 –sobresaliendo una épica pelea en Manila –,encontró la muerte en una casa para enfermos terminales tras recibir semanas atrás el diagnóstico que le quitó la vida, informó un amigo de la familia.

Hasta entonces, Frazier solía con regularidad asistir a actos para firmar autógrafos, el más reciente el pasado mes de setiembre en Las Vegas, Nevada, EE.UU.

El gran campeón, que amasó millones de dólares en su carrera profesional, vivió sus últimos años modestamente y entrenando a jóvenes para ganarse el sustento.

“Smokin” Joe fue un peleador pequeño pero feroz, que agobiaba a sus oponentes con un caudal de golpes, incluyendo su famoso gancho de izquierda.

Fue ese golpe el que derribó a Alí en el decimoquinto asalto de la “Pelea del Siglo en 1971” en Madison Square Garden, en la que cada púgil ganó una cifra sin precedentes de $2,5 millones.

Aunque lo derribó y venció por decisión en esa pelea, Frazier perdió las otras dos y pasó mucho tiempo amargado por el papel que Alí le obligó a cumplir como su enemigo. No fue sino hasta hace poco que expresó que había perdonado a Alí por todos los insultos que profirió en su contra.

Alí y Frazier dieron un espectáculo aún mayor en su tercer combate en 1975 en Manila. Casi ciego por los golpes de Alí, Frazier quería salir a pelear en el decimoquinto asalto pero su entrenador Eddie Futch lo impidió.

“Fue lo más cerca de morir que he estado”, dijo Alí tras la pelea.

Muhammad no tuvo piedad Frazier y solía denigrarlo diciéndole que era un “Uncle Tom” (negro servil con los blancos).

Pero le respetaba como boxeador, especialmente cuando Frazier le venció por decisión para defender su corona frente al entonces invicto Alí, en una pelea que generó tanta expectativa que Frank Sinatra se encontraba tomando fotografías en el “ringside”.