Deportes
Domingo 25 de septiembre de 2011, Costa Rica
Pasión por el deporte

Columna de opinión

Los atravesados son agradecidos

AntonioAlfaro

Editor

A esos atravesados, que se ponen las tenis y se tiran a la calle, obligando a quienes vamos al volante a reducir la velocidad, corrernos hacia el centro, frenar o esperar un poco más cuando el semáforo se puso en verde justo cuando van en frente. A esos arriesgados, que a lo mejor ni saben el riesgo que corren, les dedico esta columna.

A esos que parecen no saber dónde está La Sabana. ¿No les queda cerca? ¡Como si no hubiesen pistas y polideportivos por todas partes! ¿No hay suficientes?

¿Y tampoco tienen tiempo de buscar un lugar adecuado? ¿No les alcanza la hora de almuerzo? Está bien, quizás no.

Bueno... a esos con pulmones a prueba de todo, que agitados inhalan y exhalan el humo de los buses y camiones (como si quisieran compensar los cigarros que no se fuman), sin más remedio que llenarse entre pecho y espalda de negro bióxido de carbono, monóxido de carbono, oxígeno y quien sabe qué más.

A esos que prefieren madrugar, como si las cobijas no fueran suficientemente ricas o el día suficiente largo en el trabajo como para alargarlo aún más. A esos, que a falta de reloj despertador, optan por el masoquismo de salir al mediodía, en lo más y mejor del calor, como si no fuese más placentero sentarse a almorzar un combo.

A esos que levantan la mano intentando ser vistos por los choferes, como si no pudieran detener su jadeante carrera una vez más, como lo hicieron 100 metros atrás. A esos incomprendidos, los estoy empezando a entender, después de dos meses y medio ocasionalmente en la calle, no al volante sino en tenis y pantaloneta, sudando mi cercana primera vez en una carrera de 10 kilómetros, trotando a la orilla de la vía, casi en el caño, a veces en la acera, agradecido con cada chofer que reduce la velocidad o cede el paso.