Paraíso.- “El único artista es Dios”, decía Macedonio Quesada Valerín, artesano fallecido hace 17 años.
Dos hijos y un nieto heredaron el oficio que les permite ganarse la vida en La Casa del Soñador, ubicada junto al río Naranjo, en Cachí de Paraíso, Cartago.
Raíces de café, principal cultivo de la zona, toman forma entre sus manos y herramientas. De ellas surge el rostro del Nazareno, un campesino, una mujer con delantal y otras figuras.
Cientos de turistas que visitan el Valle de Orosi tienen esta particular casa de madera como parada especial.
Miguel Quesada, empuña la gubia y formones. Al fondo su hermano Hermes y su sobrino, Eduardo laboran calladamente.
De añosos tablones y troncos
Las piezas terminadas permanecen en rústicos estantes de madera o sobre las enormes e inamovibles piedras que estaban ahí antes de 1990, fecha en que se construyó la cabaña, dos kilómetros al este de la represa de Cachí.
Es de dos pisos y está formada con troncos y tablones. Abren todos los días de 8 a.m. a 6 p.m.
Buena parte de sus productos se van al extranjero y por provenir de las raíces del café, muchos turistas escriben diciendo que les evoca un terruño que no olvidan, afirmó Miguel Quesada.
A 40 kilómetros de San José, en La Casa del Soñador, nuevos artesanos siguen el ideal del pionero.