Un hermoso castillo en el que se gestan sueños, ilusiones y se descubre el conocimiento está cumpliendo su mayoría de edad. Ahí todo es diversión, risas y preguntas que más bien parecen susurros, se escuchan en sus pasillos.
Qué lejos está el dolor, el sufrimiento y la ignominia de los inquilinos confinados a las celdas de la antigua Penitenciaria Central de San José, de aquel horror únicamente quedan los malos recuerdos. Su estructura emerge en San José y ahora nos llena de orgullo.
Hoy el color y la luz se confabulan con la alegría de sus miles de visitantes. En el inmueble del Centro Costarricense de Ciencia y Cultura están la Galería Nacional, el Teatro Auditorio Nacional y el área juvenil que al igual que el Museo de los Niños están de cumpleaños bajo el lema “18 años viendo crecer a la familia”.
De las 24 salas con que se inició ahora se completaron 43 que son interactivas, cuentan con tecnología y ofrecen servicio de fiestas infantiles.
Los niños y sus padres abren su mente conforme recorren sus pasillos y se adentran en las salas donde pueden viajar al espacio, aprender a hacer compras en un supermercado a su medida.
Entres las salas más gustadas para los 270 mil visitantes que reciben cada año están “La Casa de las Torrejas” y “La Tierra”, donde está el robot del astronauta nacional Franklin Chang.
El castillo es el primer museo interactivo de Centroamérica.
Y cada diciembre su fachada es iluminada con más de 4 mil luces que le dan la bienvenida a la Navidad en la capital ante los ojos curiosos de cientos de niños.
El castillo funcionó como prisión durante 70 años y en 1990 su destino era convertirse en una estación de buses y no restaurarse para ser uno de los inmuebles más llamativos de la capital. Pero Gloria Bejarano, en ese momento primera Dama de la República, logró salvarlo fundando ahí el Centro Costarricense de la Ciencia y la Cultura, un mes antes de la entrada de José María Figueres al poder, el 27 de abril de 1994.
El reto es que siga vigente y a la altura de los nuevos tiempos, pero ello requiere inversión tecnológica y también dedicar dinero a darle mantenimiento básico, como en todo inmueble se deben atender canoas, sellar techos y arreglar los jardines.
Hay muchos planes y remodelaciones, como la del área juvenil que concluirá a final de año, con mayor tecnología, deporte y música.
Entre los nuevos proyectos se vislumbra una renovación de la sala del Colegio de Ingenieros y Arquitectos, así como remodelar la de “Electricidad” y mejoras en otras.
Los gastos se cubren del presupuesto nacional mediante convenios y leyes específicas y de lo que se genera internamente. Lo que no se toca es el valor de la taquilla para que la gente siga visitando el castillo en familia.
En la Asamblea Legislativa hay un proyecto de ley tendiente a aprobar un plan de arrendamiento del Museo de los Niños a una fundación privada, en una suma simbólica, detrás de la iniciativa está su fundadora y actual diputada socialcristiana Gloria Bejarano. Ojalá la gestión busque que el castillo cumpla muchos años más para regocijo y diversión de todos los ticos.