Deportes
Domingo 19 de agosto de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Columna de opinión

La realeza y el pueblo

Antonio Alfaro

Editor

Se fueron tan rápidos como llegaron. Como una carrera de 400 metros planos, los Olímpicos no dieron tregua, pasaron tan intensos como veloces y nos dejaron agachados en la pista recuperando el aliento.

Partí de Londres con muchas historias sin contar. No les conté, por ejemplo, que a la reina no la vi ni en pintura. Bueno, en pintura sí. En realidad hasta en la sopa, en cada tienda de “souvenirs”, en el plato decorado, en la taza y en la tacita, en el llavero, en la cajita de té, en la tarjeta postal (de las que ya nadie manda), en todas y cada una de las monedas… Hasta acompañada del último James Bond, en un vídeo transmitido en las pantallas gigantes de la inauguración; pero en vivo no.

En todo caso, comprendí, que la señora y la monarquía no son una carga para el pueblo sino un buen negocio.

En cambio, sí vi a la realeza deportiva: Bolt, Federer, Wiggins…

Entre ellos, los nuestros fueron parte del pueblo, sin mayor pena ni gloria.

¿Acaso esperábamos más? Sí, en el caso de Nery. Y él lo tiene claro. De los demás obtuvimos un papel aceptable.

El repaso honesto, sin embargo, de las condiciones de trabajo, las políticas del país, el apenas resurgiente apoyo del Comité Olímpico Nacional, las buenas intenciones de lentas acciones de parte del Gobierno, nos lleva a llamarle “buen primer paso” al esfuerzo de los atletas. ¿O esperaba usted medallas de quienes no sumaron ni un año, en algunos casos un trimestre, dedicados totalmente a su preparación? Lejos de la decepción, su papel debe ser el inicio. Pero que sea ya, que cuatro años también se van como una carrera de 400 metros planos. Y nosotros no tenemos reina.