Domingo 22 de julio de 2012, Costa Rica

Actriz

Tatiana Zamora

Por Rodolfo Rodríguez

rodolfo.rodriguez@aldia.co.cr

Su espíritu jovial la caracteriza, la actriz y periodista Tatiana Zamora detalló a VIP algunos secretos de sus quehaceres y deberes diarios.

Lo primero en mencionar es que pasaría en las tablas por el resto de sus vida, ya que para ella el teatro es como una terapia, con la salvedad de que es más barato que un psiquiatra.

Ha sido parte de obras como “La Loca de Gandoca”, “La Paz perpetua”, “Himmelweg”, entre otras, y ahora su más reciente propuesta, “El Chico de la Última Fila”, del dramaturgo español Juan Mayorga.

Este montaje ya se ve en el Teatro 1887, en el Centro Nacional de la Cultura (CENAC), donde interpretará el papel de madre de un adolescente (“Esther”), quien luchará para defender a su hijo de las constantes intromisiones de un compañero de clase, dispuesto a exponer su vida familiar con el apoyo de su profesor.

“Por lo general hago teatro sólo una vez al año, podría hacerlo mucho más, pero el vivir en Puriscal me afecta, además estoy concluyendo la licenciatura en Comunicación de Mercadeo y con Telenoticias en conjunto con la Compañía Nacional de Teatro, haciendo la sección “Vamos al Teatro”.

Se siente una mujer afortunada y dice estar feliz de tener 40 años y poder disfrutar de su familia y su mayor tesoro: Sofía, su hija de 10 años.

Confesó ser amistosa, alegre y un poco temperamental, además trata de ser una persona optimista, que le gusta rodearse de gente positiva.

Indicó que su principal defecto es ser sincera, “me cuesta conectar la lengua y el cerebro, a veces me dejo decir muchas cosas que a algunas personas no les gusta escuchar y me gano problemillas”, mencionó.

Vive alejada de la ciudad y aunque no son suyos, muchos animales y el verde son lo primero que ve al despertar, algo que no cambia por el último de los condominios.

“Le huyo a levantarme, correr las cortinas y ver concreto, en casa somos muy amigables con el ambiente, incluso selecciono la basura”, citó.

Uno de sus pasatiempos preferidos son las manualidades, junto a su retoño hacen “fofuchas”, una muñecas hechas a base de foam, que tienen la cabeza de estereofón, además de hacer macetas, tarros para lápices, letras, flores, corazones, entre otros.

Bajo confesión

Pese a que mencionó estar enamorada de su rol de madre, aseguró que ahora es un poco tarde para pensar en otro hijo.

Es de las que dice que el calor del cuerpo desarruga la ropa, ya que lo que menos le gusta del hogar es planchar.

Ella pertenece al porcentaje de personas que se pasa matriculando en gimnasios y no va, pero además de eso, es de las que compra los aparatos que salen en la “tele”, que ofrecen el abdomen perfecto y al final terminan en la casa como esculturas.

No es buena bailarina, para ritmos como el reggaeton está quedada y contó que todavía baila como en los años 80, al fiel estilo de Madonna.

Desde pequeñita quiso ser actriz, hasta recordó que repetía los números de las novelas y películas que observaba, con lágrima incluida.

En su juventud recordó, era enamorada y de relaciones largas, cuando cortaba con el novio aquello era un drama completo. Actualmente sigue separada de su todavía esposo Gustavo Rojas, acerca del caso indicó que “no hemos firmado, tratamos de tener una buena relación, no se sabe qué va a pasar, puede que retomemos las cosas o no”.

Empezó en “Telemúsica”. Fue de las primeras locutoras en 979 Conexión y estuvo en Radio Uno. Dice que su pasión más fuerte sin duda es el teatro, medio en el que tiene 20 años.

Le gustaría construir una cabaña en San Rafael de Heredia, lugar donde viven sus padres, de quien es muy apegada.