Nacionales
Domingo 3 de junio de 2012, Costa Rica

Editorial

Evitemos tragedias

Redacción Al Día

redaccion@aldia.co.cr

Rayando el alba miles de estudiantes viajan todos los días en busetas y buses escolares hasta sus centros de estudios, en qué condiciones de seguridad lo hacen y en manos de quiénes está hacerlos llegar con bien, son aspectos de corroboración obligada para padres de familia y autoridades.

La tragedia que cobró la semana pasada cuatro víctimas nos lo recuerda, si bien hay que dar gracias infinitas a Dios de que ninguno de los colegiales que viajaban en la microbús perdió la vida como consecuencia del choque, sí fallecieron un estudiante de cuarto grado que caminaba hacia su escuela Moisés Coto Fernández, su hermana embarazada de una niña de siete meses y Dora Elisa Romero, asistente dental. Todos vecinos del barrio El Carmen de Dulce Nombre de la Unión.

Los padres de familia agradecen la pericia del conductor de la buseta que pese a tener permiso para transportar estudiantes y contar con la revisión técnica, al parecer manejaba con las llantas delanteras lisas, condición que era motivo suficiente de alarma, pues ante una presunta falla mecánica en los frenos y descendiendo una cuesta pronunciada nada podría impedir como en efecto pasó que golpeara, provocándole días después la muerte, a Dora de 37 años, a Ángelo Villalobos de 10 años, alcanzado por un trozo de espejo que se desprendió de la “micro” y le provocó una muerte instantánea.

Minutos después la de su hermana Nathalie, de 19 años, que al correr en su auxilio recibe una descarga eléctrica de los cables sueltos que se desprendieron cuando la unidad de transporte quebró un poste.

La colisión intervino en la muerte directa de Dora y Ángelo y a consecuencia del accidente en la de su hermana Nathalie y de su bebé casi a punto de nacer.

Tener los permisos y las inscripciones no son garantía de la seguridad con que deben viajar a diario sus hijos, por ello sea usted desde la acera de su casa vigilante y garante de ello. Y las autoridades de transporte rigurosas al extender los permisos y luego diligentes en su posterior verificación en las calles.

Hay 3.833 microbuses, busetas y buses de transporte de estudiantes debidamente autorizados por el Consejo de Transporte Público; según datos de la Dirección General de Tránsito este tipo unidades acumulan en lo que llevamos del año 1.500 multas en su mayoría por falta de permisos e irrespeto a la Ley de Tránsito. Y al entrar en la revisión técnica vehicular fallan en el sistema de frenos y prueba de gases.

Solo en el Ministerio de Educación Pública se movilizan más de 84 mil estudiantes con contrataciones directas (199 rutas), mediante las juntas educativas (otras 300) o bien vía alumnos becados. Además de los cientos de tratos particulares que los padres de familia de centros educativos públicos y privados formalizan.

Si este es un tema que atañe a miles de familias y cuyas consecuencias se sufren a nivel nacional, en lo que esté en sus manos no permita que un descuido o el dejar de escuchar a sus hijos si el conductor no maneja como se debe se traduzcan en accidentes que lamentar.