Nacionales
Domingo 10 de junio de 2012, Costa Rica

EVANGELIO DE HOY

El Evangelio de hoy

Álvaro Sáenz Zúñiga, presbítero

asaenz@liturgo.org.

asaenz@liturgo.org

El Corpus Christi nos recuerda que la misa es el memorial de la entrega de Cristo por nosotros, festejar su presencia real en el Pan y el Cáliz. Para eso es este año eucarístico que hoy inicia.

San Marcos nos habla de este momento crucial para el Señor. Cerca de su entrega por nosotros, cuando se sacrificaba el cordero en el templo, Jesús cenaría con sus discípulos. Marcos nos detalla como Jesús dispuso ese momento de intimidad con sus apóstoles. Hasta precisa el sitio, como si hubiera tenido algo apalabrado, un lugar muy específico, donde de hecho los apóstoles se seguirían reuniendo al menos hasta Pentecostés.

La cena de ceremonial hebreo es interrumpida por Jesús con palabras que habrán sorprendido a los apóstoles. Al inicio de la cena el padre de familia o el jefe de grupo, parte el pan. Jesús lo hace y les dice: “Tomen, coman, esto es mi cuerpo”. El pan partido nos revela su muerte, su entrega por nosotros, su destrozarse; pero el “comer el pan”, habla de aprovechar esa entrega para fortalecer nuestra existencia. Vivimos la resurrección.

Y ahora la copa. Jesús comparte su copa diciendo que es su sangre derramada que sella la alianza (nueva) de Dios con su pueblo. Les subrayo la palabra “alianza”. Cuando en la antigüedad se convenía entre pueblos o personas, esa alianza se sellaba con un signo de vida: con sangre (de animales). Nuestra Alianza de Dios también se sella con sangre, pero ya no de animales, sino la del mismo hijo de Dios, hecho hijo del hombre. No hay sangre mejor.

Al celebrar la presencia real de Cristo en el pan y el cáliz proclamamos la muerte del Señor hasta que vuelva, damos sentido a nuestra vida y reunidos como Iglesia, festejamos al que murió y resucitó. Y al celebrar la cena, en domingo, obedecemos lo que él nos pidió, actualizamos su entrega por nosotros, hacemos memorial suyo. Eso es Corpus Christi. Fortalezcamos nuestra reunión semanal en Cristo, caminemos con él y acerquémonos a él, así llegaremos al Padre Celestial.