Ser papá no es una tarea sencilla y mucho menos cuando se creía que las trasnochadas, cambiar pañales y las carreras al doctor eran ya cosa del pasado.
Así es, muchos deben desempolvar el manual para ser padres, entre ellos el actor Rodolfo Araya del programa “La Pensión” de canal 7 y el humorista nacional Rolando Carmona.
Ambos contaron su experiencia, el vacío en sus estómagos al conocer la noticia de enfrentar de nuevo la paternidad y cómo disfrutan la inyección de felicidad y energía que reciben de sus hijos.
Y sin olvidar que con la llegada de su último retoño se comprometieron a vivir con mayor intensidad cada día.
“Me cambió la vida”
Tiene cuatro hijos: Cristopher, de 30 años, David,28 Katherine, de 25 y Valentina de un añito, que le hizo ver con otros ojos la paternidad al humorista Rolando Carmona. Dijo con cierto pesar que volver a ser papá a los 47 años fue como un baño de agua fría, porque ya no quería tener más.
“Yo no disfruté a mis otros hijos nunca supe lo que fue llevarlos al parque a jugar o comernos un helado, pero disfrutar a Valentina me hizo ver el tiempo perdido”.¿Cuál fue su excusa? La juventud, en parte porque se convirtió en padre por primera vez a los 18 años y el corre corre de la vida misma.Aseguró que cuando se es joven, no se tiene la noción de que los niños crecen muy rápido y cuando menos se lo espera, el tiempo para alzarlos y jugar pasó. Hoy, a sus 48 años siente que volvió a nacer y si pudiera devolvería el tiempo para expresarle a todos sus hijos desde pequeños su amor.
Lo que antes nunca hizo, como cambiar pañales, lavarle los dientes a sus hijos o llevarlos al parque a patear bola, son hoy cosa de todos los días en su casa. Con humor rescata nunca había alzado a un bebé hasta que Valentina llegó.
Apapacha a sus hijos
Muchos lo conocen como el viejillo gruñón por su papel en el programa “La Pensión”, pero el actor Rodolfo Araya fuera de cámaras, es tan dulce como la miel. Y simplemente, no puede ocultar que sus cuatro hijos son su adoración: Silvia, la mayor, le sigue Ronald, que vive en el exterior, Luis Diego y el más chiquitillo de la casa, Jorge Eduardo, de 12 años. Los dos últimos viven con él y su esposa Susan Cedeño, en Villas de Ayarco. Dijo que si algo les ha manifestado desde pequeños es su amor.
“A mis hijos yo los beso y abrazo y ellos igual a mi. Es maravilloso, yo soy sumamente expresivo y no me canso de decirles que los amo en todo momento”.
Recordó que Jorge Eduardo nació luego de 13 años de no tener bebés en casa y aunque fue una sorpresa, disfrutaron el embarazo desde el inicio.
No tuvo miedo, pero a la hora del parto temblaba como un conejo, anotó con humor.
A sus 62 años, Araya, no oculta que no todo ha sido color de rosa, y les ha tocado llamarles la atención. Sin embargo, al final termina abrazado con ellos. Además, es un abuelo chineador de las quintillizas, el nieto falleció, que tuvo su hija, quienes son muy amorosas con él.
Y su mayor consejo para los ticos es: abrazar a sus retoños.