Antonela y Amanda todavía no entienden de tiros libres y penales, pero sin saberlo están presentes en cada jugada de su papá en el terreno de juego y en la vida.
El par de muñequitas son los “ojos” del volante manudo Armando Alonso, quien aseguró que desde hace año y siete meses (esa es la edad de Amanda su hija mayor) su vida dio un giro completo.
Sobre la ocasión en la que llegó al mundo su primogénita, recordó que fue un momento mágico. El deportista aseguró que no sintió miedo y presenció toda la cesárea de su esposa Sherry.
Con Antonella (su bebé de cuatro meses) le pasó un “chasco”, pues quería grabar el nacimiento y al salir de la sala de operaciones se dio cuenta de que había olvidado tocar el botón de grabar.
Tal y como es en el campo, con sus hijas Armando también es todo terreno pues cuando puede él mismo las baña, las cambia y les da el chupón. Como si fuera poco contó que tiene una conexión especial con Antonella, pues solo con él se duerme.
Además, dijo ser un papá muy consentidor. “Si les digo que no, a algo, al final se los doy, a veces también intercedo con la mamá”, recordó riendo.
Las pequeñas no le perdieron detalle a su papá y heredaron sus ojazos y la barbilla partida, además la hermosa Amanda sacó su inquietud.
“Nosotros le decimos ‘Elvira’, porque a ella le encanta andar abrazando y apretando, incluso hasta a su hermanita menor”, contó el jugador.
Armando aseguró que el sacrificio más grande lo enfrenta cuando debe separarse de sus pequeñas por viajes o concentraciones.
El manudo explicó que por él la fábrica no se cerraría todavía, claro que le gustaría tener un Armandito, eso sí, no para que siga sus pasos porque no le gustaría que practique su profesión, aseguró que mientras él quiere dos más, su esposa solo iría por uno.
Como padre de dos pequeñas, agregó que cree que sí será un papá celosos, pues según explicó sus pequeñas son su mayor tesoro.