Es de los que se puede quedar en casa al cuidado de los niños sin duda alguna.
Convertirse en papá, puede que para muchos o resulte ser algo común, pero cuando la tarea se cuatriplica de la noche a la mañana es otra historia.
Marlon Guadamuz, vecino de Upala, se convirtió en papá primerizo en junio del 2010 y desde entonces no habla otra cosa que de sus cuatro hijos: Jermy Nathan, José Esteban, Ana Juleisy y Ruth Juliana Guadamuz Baldizón.
Los considera un gran regalo, pues tanto él como su esposa Carol Baldizón estuvieron intentando ser padres entre cuatro y cinco años, comentó.
Recordó que su esposa se sometió a un tratamiento en el Hospital de las Mujeres, antigua Carit, y fue hasta el segundo intento que se embarazó.
Sabía que podría ser un parto múltiple, pero simplemente se quedó mudo cuando supo que serían cuatro los regalos.
Hoy, cuando los ve jugando y haciendo travesuras, siente que todo vale la pena.
Guadamuz sabe cualquier detalle de ellos: el peso al nacer, las vacunas que le pusieron y sobre todo, los conoce como la palma de su mano.
Ruth es la guindada de él, pues siempre esta pendiente de lo que hace y en qué forma puede ayudarlo en el taller mecánico que le da sustento diario a su familia.
Ana Juleysi es la peleona del grupo y la que siempre está pendiente de sus hermanos. Mientras que José Esteban es el encargado de poner el orden y Jermy es alegre y travieso.
La flexibilidad de horario que maneja Guadamuz le permite jugar con ellos al escondite y ser el soporte de su esposa, pues sabe los tiempos de comida, la hora de dormir y qué hacer cuando enferman dos o tres al mismo tiempo.
En todas
Lleva el pulso de sus hijos
Las trasnochadas y los dolores de espalda cuando empezaron a caminar quedaron atrás, pero todavía falta mucho camino por recorrer. La madre de los niños, Carol, aseguró que su esposo ha sido su sostén, juega con pequeños, cambia pañales y es muy cariñoso.