Redactor
Monterrey, México.- La ilusión acabó muy rápido, duró apenas cinco escasos minutos.
Ese fue el tiempo que se mantuvo con vida Alajuelense en el partido ante un Tigres de México, que está a otro nivel que el cuadro tico. Por mucho.
La clasificación se les fue de las manos muy fácil. Es sencillo decirlo, como fácil se vio la victoria mexicana. Suena cruel, pero fue la realidad del encuentro. Hubo solo un equipo en la cancha.
Y la fiesta la montaron en el campo Elías Hernández, Juninho y Allan Pulido en tres ocasiones, así como en la grada, donde los aficionados lo disfrutaron al máximo hasta el final.
Demasiado grande fue el conjunto azteca para la Liga. La hizo ver mal, muy mal.
Le montó un baile e hizo lo que quiso en el terreno de juego con una defensa manuda que hizo agua, demasiada.
Si en la casa eriza estaban “picados” por haberse quedado fuera en el certamen anterior, donde con 12 puntos estuvieron a un paso de los cuartos de final, no me imagino lo que estarán pensando ahora, ni lo que le pase por la cabeza al técnico Óscar Ramírez.
Sí creo que ya a los 15 minutos del segundo tiempo quería que el árbitro central, Jafet Perea, pitara el final, pedir disculpas y concentrarse en el torneo local.
La Liga no existió en la cancha y dijo adiós a su sueño de estar en los cuartos de final.
Se vio mal Salvatierra, también Meneses… Dieron, junto a Acosta y Palma, esas libertades que en el fútbol son imperdonables y que un equipo como el azteca no iba a desperdiciar.
¿Cómo quería pelear una clasificación con esos regalos que dio atrás? Palma les obsequió el cuarto apenas a los 30 segundos de iniciado el complemento.
Duro golpe para los rojinegros, para Ramírez y compañía.
Un adiós doloroso de la Concacaf, una imagen liguista que queda deteriorada.
¿Qué más decir? Poco. Imagino que las explicaciones vendrán, pero casi nada se puede justificar de un partido que tuvo una sola cara y que significó, no tengo dudas, el golpe que más ha sufrido el timonel erizo desde que tomó las riendas del equipo desde la mitad del año 2010.
Muy grande el Tigres para un León que llegó dormido.
Vinazo
Un trato de lujo para la prensa
La prensa que cubre los partidos del Tigres se sienten como reyes.
Un palco en el mejor sector del estadio, pantallas para observar las repeticiones del encuentro y además, refrescos y comida para todos. Hay mucho que copiar.
Las 10 claves del juego
Luis Diego Arnáez, entrenador
1- El cambio de ritmo defensivo de Tigres es muy bueno y neutralizaba el ataque manudo.
2 - La velocidad en el contraataque fue fundamental para ellos, ya que mataron a la Liga.
3 - Explotaron de gran manera las bandas, por donde ingresaron con comodidad.
4- La superioridad numérica en el ataque siempre se impuso ante la defensiva rojinegra.
5 - El criterio para manejar la pelota de Tigres, no se excedieron en la conducción.
6 -El apoyo de los jugadores de Tigres al que tenía el balón fue permanente en todo el partido.
7 -De la Liga no hay nada que destacar, no armó nada de juego durante los 90 minutos.
8 - Ellos tuvieron una gran presión durante los 90 minutos, eso marcó diferencia.
9 - El gol tempranero fue esencial, en los primeros cinco minutos acabaron con el juego.
10 - Diego Calvo se salió del libreto, pero siempre estuvo muy solo en la ofensiva rojinegra.
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