“No hay proyecto”. “No encuentro el clima propicio”. “No veo que las condiciones estén dadas”. “No se ha cumplido con todo lo que habíamos acordado”. “Si no se puede trabajar, es mejor irse”. ¿De quién es este verso tan popular, ordinario y vulgarizado por su uso corriente en el fútbol de la Concacaf?
Le doy más pistas, por si acaso usted aún no le pone Ricardo de nombre y La Volpe de apellido al personaje y que los Estudiantes de la UAG negocian directamente desde el miércoles con Flavio Davino, yerno del argentino y además su auxiliar en Costa Rica.
¿Recuerda usted al hombre que prometió que Costa Rica estaría en el Mundial 2014? ¿Y recuerda al entrenador que advirtió que “conozco el fútbol de Costa Rica” y “hay buenos futbolistas” para hacer una selección protagonista en un par de años.
Ricardo La Volpe ha vuelto a hacer de las suyas. Ese recurso consuetudinario desde que dirigió al Oaxtepec, en relevo de Edelmiro Picao Arnauda.
Desde entonces y hasta la fecha, La Volpe amenaza con que si no dispone de todo lo que necesita, se irá. Es decir, casi 30 años con ese discurso gastado y con el cual tuvo esclavizada a la selección mexicana, hasta que después de clasificar al Mundial de Alemania, perdiendo ese partido con Trinidad y Tobago, que él mismo reconoció jugó con suplentes para facilitar la clasificación de los trinitarios de Jack Warner.
Después de que México clasificó, no caminando como viven muchos aún engañados, sino de rodillas, como los números lo demuestran, La Volpe fue apercibido en su comparecencia ante los dueños de que si volvía a amenazar públicamente con irse, se le tomaría como una renuncia oficial. Ante la inmediatez del Mundial, el argentino se calló la boca.
Ahora viene y le pone grilletes a Costa Rica, de nuevo con ese argumento, digno de una histérica y despechada en una telenovela ordinaria.
Rolando Villalobos, director de la Comisión de Selecciones Nacionales de Costa Rica, ha sido puntual en charla con Raza Deportiva en ESPN Radio.
“Le hemos dado todo lo que ha pedido. Le hemos apoyado con exigencias que no se habían dado a otros entrenadores. Convocatorias, entrenamientos, instalaciones. Hemos cumplido”, dijo Villalobos en la entrevista.
“Hemos sido pacientes. Entendíamos para la Copa Centroamericana no había tiempo para prepararse. Teníamos ilusiones a la Copa Confederaciones, pero México, un gran equipo, nos eliminó bien. En la Copa América sabíamos que sería complicado. Lo hemos apoyado”, explica.
Pero llegó el hartazgo: “Costa Rica no puede estar intranquilo con que hoy renuncia y mañana no. Con que hoy dice públicamente ante la prensa que no tiene el apoyo, y en privado nos dice, que ha recibido todo como era pactado y que está muy agradecido”.
El rendimiento de La Volpe, explica el dirigente, “es del 29%” respecto a lo que habían estimado Costa Rica y el entrenador.
Villalobos reconoció que desde el miércoles él mismo y el presidente de la Federación de Fútbol de Costa Rica, Eduardo Li, ya revisan las opciones para hacerse cargo de la selección roja.
Queda claro que el problema no es Costa Rica, ni su fútbol, es el miedo a un nuevo fracaso -¿alguien recuerda el pasaje pro Boca Juniors?- por parte de La Volpe y a lo mejor su añoranza por Guadalajara. Y así, en la cadena de cinco años de fracasos, así como saltan hoy los Tecolotes, cierto, mañana puede saltar cualquier otro ingenuo dispuesto al suicidio financiero y futbolístico.
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