Luego de que el Barcelona alcanzó la Super Copa 2011 ante su archirrival el Real Madrid, tengo temas para comentar.
El Barça no necesitó de suficiente preparación para dejarse este título porque es el mismo equipazo que ganó hace muy poco la “Champions League” y la Liga de España.
“Pep” Guardiola y su equipo juegan igual como terminaron haciéndolo en la temporada pasada, nada cambió, siguen basando su juego en la buena posesión de la pelota y mantienen la inspiración y genialidad de su estrella Leo Messi; él es el gran as bajo la manga, anotó en momentos decisivos y ratificó su gran calidad que lo lleva a ser el mejor de todos.
Otro tema sobre el que me quiero referir es acerca de las fuertes críticas que ha recibido Jose Mourinho, entrenador del Real Madrid, por la propuesta de juego que le impone al equipo merengue, la cual no gusta, además criticado por las actitudes polémicas que ha mostrado, como la agresión al asistente de Guardiola, a quien le metió el dedo en uno de sus ojos, o el retiro del equipo blanco del campo antes de que el Barcelona retirara la Copa de campeón.
A mí no me termina de convencer el futbol que practica el Real Madrid, está muy lejos del juego vistoso y atractivo que estábamos acostumbrados a observar. El equipo blanco cuenta con muchos jugadores de buena calidad para que pueda jugar de manera brillante y convincente.
La fuerte falta que cometió Marcelo sobre Fábregas y que desató la bronca minutos antes del final del partido fue el reflejo de la desesperación que viven los jugadores madrilistas ante la superioridad que ha impuesto sobre ellos el equipo azulgrana. Aquí aplica lo que se dice en cuanto a que el equipo es reflejo de su técnico. Si Mourinho no sabe perder, sus jugadores tampoco reconocerán la derrota.
Y el último punto del que quiero hablar es de la estrella que acompañó a Cesc Fábregas en su regreso al Barcelona, llegó días antes procedente del Arsenal, jugó cerca de 15 minutos en el partido final de la Super Copa y ya tiene su primer título. Vaya suerte la de Fábregas, seguramente es un augurio de la buena temporada que le espera con su amado club.
Con Cesc el Barcelona se fortalecerá más, tendrá todavía más control de la pelota y ganará en profundidad de juego. Ojo con Fábregas.
