Seis meses de cárcel y presentarse a un cuartel de policía cada vez que el Ajax, el AZ Alkmaar y la selección disputen partidos en los próximos dos años, fue el castigo de un tribunal holandés para el “atarantado” que ingresó a la cancha con la intención de agredir a Esteban Alvarado.
Medida que aquí debe copiar la Unafut, que organiza los campeonatos y sobre todo los dirigentes, quienes aprueban los reglamentos disciplinarios.
La sanción en Holanda la dictó un juez y ya saldrá algún “sabio” de esos que dirigen nuestro fútbol, diciendo que nada tiene que ver los tribunales con las sanciones aplicadas en el torneo nacional.
Aquí algunos fanáticos hacen lo que les da la gana y no los denuncian, en el fútbol costarricense las barras, póngale el nombre que sea, hacen desorden fuera y dentro de los estadios y los alcahuetes de pantalón largo los apoyan, los respaldan.
Alcahuetes los directivos de Saprissa, que en lugar de buscar la forma de eliminar a la Ultra, le siguen asignando el espacio en el sector sur del estadio morado, donde se ve y se fuma de todo.
Alcahuetes los de la Liga, que también permiten el ingreso de la Doce.
Ya basta, amárrense los pantalones y exterminen las barras, ya clubes como Herediano, San Carlos y otros, prohíben el ingreso de éstas a sus recintos.
Aquí ya hubo un muerto por pleitos entre barras y eso fue varios años atrás y los grupos siguen, meten miedo y llegan a los estadios con el aval de los directivos.
Señores dirigentes, don Jorge Ortega, presidente de la Unafut, copien lo bueno y de una vez; cárcel y hasta el impedimento de ingreso a los estadios a quienes alborotan y ensucian el fútbol. Amárrense los pantalones.