Guanacaste.- Las calles de Liberia muestran el gran contraste entre la modernidad de grandes centros comerciales y construcciones centenarias, sabaneros y comidas de recetas ancestrales.
Ese crisol cultural celebra mañana 187 años de que, en el cabildo abierto, el pueblo decidiera anexarse a Costa Rica, que se aprestaba a celebrar tres años de independencia.
“De la Patria por nuestra voluntad”, fue el grito unánime y así el legado chorotega extendió sus raíces aquí. Este 25 de julio, la nación rinde tributo a sus valiosos aportes en todos los campos.
Un recorrido por cuatro de sus once cantones brinda una idea de lo que cotidianamente acontece en la segunda provincia más grande del país.
La monta de toros, en redondeles que se levantan para ocasiones especiales, está aferrada a esta cultura. También la marimba, las milpas y unas ganaderías que aún subsisten con sabaneros.
Ricuras de maíz
Alejándose unos cinco minutos de la carretera Interamericana se llega al pueblo de Sandillal, en Cañas. Al lado de una calle polvorienta y bajo un árbol de jocote se ve el horno y la casa de madera de Argery Chavarría.
Siete kilos de maíz por día cocinan doña Argery y su nuera, Jenny Carazo.
Poco a poco, aquella masa se va transformando entre las manos en empanaditas, rosquillas y tanelas que caracterizan la zona.
En el horno de barro, de 25 años, arde la madera al rojo vivo y se concentra el calor entre las paredes de las que surgen los apetecidos bocadillos.
Doña Argery recuerda como hace 50 años su bisabuela les enseñaba a elaborar el producto que hoy les permite salir adelante.
Muchos llegan hasta la vivienda a comprar en bolsas las tanelas; otra parte la llevan ellas para la venta en comercios cercanos.
El sabanero de Las Delicias
El auge turístico, la modernización del aeropuerto, el comercio y los complejos hoteleros, ocupan terrenos en los que se erigieron las grandes haciendas.
En barrio Delicias, de Veintisiete de Abril, Santa Cruz, reside Eduardo Gutiérrez. Él laboró toda su vida como sabanero e incluso atendió el ganado del controversial inversionista extranjero, Robert Lee Vesco, en 1973.
Tiene sus manos torcidas por las caídas de caballos, su pie derecho cicatrizado por el corte de un hacha y sus clavículas cicatrizadas por otras caídas en el campo.
Hoy se dedica a domar caballos y bueyes, pero extraña el cuidado de los hatos, para lo que se levantaba a las 4 a.m. y regresaba al caer la tarde.
Por sus manos pasaron para amansar más de 35 mulas y una cantidad enorme de potros.
De Vesco recuerda que llegaba muy poco a la finca en Cabo Velas y siempre con dos guardaespaldas. Una vez, en una monta, este sabanero le dedicó un toro y Vesco le agradeció efusivamente.
La cuna de la Anexión
Nicoya, con su templo colonial, cuyo patrono es San Blas, preparó este año a lo grande su Banda Sinfónica Municipal, dirigida por Jorge Guevara.
Más de 50 jóvenes ejecutan en sus instrumentos música clásica, así como himnos y piezas folklóricas.
La marimba, símbolo de estas latitudes, tiene un lugar preferencial en medio de todos los instrumentos, como para que las nuevas generaciones nunca olviden sus raíces.
Colaboró: Julio Peña.
Finalizó huelga de empleados de la Caja
CCSS pasó del exceso a la crisis financiera
El rey de las retahílas en Liberia
Fuerte temblor sacudió Guanacaste
Los primeros son vecinos de Alajuela
Condenan a dos por asesinar a un peón
Mata a ciclista y se da a la fuga en Paso Canoas