Dave Milliner, inicialmente quiso ser futbolista.
Sus primeros pasos como atleta estuvieron encaminados hacia ese objetivo.
Eventualmente, a estas alturas de su vida –20 años después– quizá habría alcanzado la popularidad que hoy tienen varios de sus excompañeros de infancia como Wiston Parks, Andy Furtado o Ricardo Allen.
¿Qué interrumpió ese sueño? La adolescencia. Al convertirse en alumno del Colegio Diurno de Limón, comenzó a estirarse y, conforme más crecía, más lento era como futbolista.
Unos amigos lo invitaron entonces a unirse al equipo de baloncesto del colegio y, fue esta disciplina, respaldado en sus propias condiciones, la que hoy lo tiene no solo como el máximo encestador del campeonato nacional, sino la que le dio el chance de construir su proyecto de vida.
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