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Domingo 1 de mayo de 2011, San José, Costa Rica

Así es la vida

La boda real

Mauricio Astorga, actor
redaccion@aldia.co.cr

Se nos casaron “Memo” y “Cata”. La boda real nos confirma que el mundo necesita todavía de cuentos de hadas con final feliz.

Sobre todo si la princesa es una plebeya, una muchacha normal, que termina casándose con el príncipe azul (bueno, esta vez fue con el príncipe rojo).

Lo curioso es que mientras en el planeta pasan cosas verdaderamente decisivas, buena parte de la humanidad prefirió concentrarse en todos los detalles de este casorio.

Se estima que la audiencia televisiva mundial fue de dos mil millones de personas. Nadie quería perderse la ceremonia.

Incluso, frente a la embajada británica en México, una mujer hizo huelga de hambre para reclamar una invitación a la boda.

Aguantaba las ganas de comer tacos mientras mostraba un rótulo que decía: “¿Me dejarán morir solo por no darme una invitación a la boda real?”.

Pero la mujer no se puede quejar, quedó a la altura de Barack Obama, Nicolas Sarkozy y Tony Blair, quienes tampoco fueron invitados a la boda.

En su lugar fueron convidados Ian Thorpe, David Beckham, Elton John con su marido y hasta Mr. Bean. Eso sí, todos ellos tenían que cumplir con el protocolo.

Entre otras cosas la Casa Real le pidió a los asistentes “aceptar educadamente lo que se les sirva sin atragantarse y por nada del mundo, emborracharse”. ¿Entonces para qué invitan? Si Beckham se quería atragantar con los pejiballes, ¿por qué no dejarlo? En fin, felicidades a “Memo” y “Cata”, aunque no me hayan invitado.