Bryan Ruiz no puede aplicar su habilidad en las presas de Londres y también se le complica manejar su zurda dentro del terreno de juego con el Fulham.
Los embotellamientos de automóviles significan una defensa impenetrable para Ruiz.
“La verdad es que es peor que estar en el centro de San José, normalmente yo duro 15 minutos del estadio al hotel donde estoy, pero luego de los partidos duro hora y media”, comenta el delantero.
En una sociedad que está acostumbrada a viajar en el tren subterráneo y autobuses de dos pisos, Bryan tuvo que aprender durante el último mes a conducir con el volante en el lado derecho.
“Al principio era un poco raro, se calcula diferente a la hora de dar las vueltas, pero ya me acostumbré, ahora el problema será cuando llegue a Costa Rica”, valora el 11 del Fulham.
En cuanto al trato personal, el nacional califica al inglés como una persona respetuosa, sociable y con un acento curioso.
Londres, como sitio para vivir, es uno de los lugares más caros de Europa, donde un pasaje de autobús interno vale dos libras esterlinas (¢1.600).
“Londres tiene una ritmo de vida increíble, en cambio donde yo vivía en Holanda era más tranquilo”, cuenta.
La exfigura del Twente de Holanda vivirá en una ciudad conocida como “la casa del tenis”, Wimbledon es un suburbio en el suroeste de la ciudad.
“Voy a vivir en un residencial, es una ciudad bastante bonita, auténtica, pequeña”, analiza.
Acoplarse a la Premier
La intensidad de juego de la liga inglesa es el principal dificultad que ha frenado al seleccionado nacional para alcanzar su nivel idóneo.
“Al principio sentía las piernas cansadas, en el primer partido me sentí así, ya que era mucho ir y venir, pero ya me siento mucho más fuerte, los inicios nunca han sido fáciles para mí”, manifiesta Ruiz, quien acepta que la expectativa sobre su nombre entre la afición del Fulham es grande.
“Hay miradas sobre mi, eso lo sé, más por el dinero que se pagó, acá no me conocen mucho, pero solo ven la plata que pagaron por mí, pero yo no me presiono, solo sé que tengo calidad y las cosas llegarán”, dice.
El 10 de la Selección Nacional aclara que en el pasado atravesó por situaciones similares y de las cuales ha salido airoso.
“Quiero jugar muchos más minutos, así tendré más confianza. En Bélgica el primer año casi ni jugué, en Holanda no estaba al ritmo; en Costa Rica algunos entrenadores decían que yo no era seleccionable, cuando hay adversidad hay que seguir”, afirma.
Bryan acota que se siente contento con su nivel, y espera brillar pronto en una liga que se vive con un gran ambiente, como de final todos los domingos.
“La mayoría de las bancas están a la par de los aficionados, se sientan muy cerca de uno, los estadios no tienen mallas, entonces un aficionado puede llegar a la cancha con solo dar un paso, el ambiente es muy lindo. Por ahí se meten con el jugador, conmigo no lo han hecho”´, concluye.
El artillero cuenta en este proceso con un apoyo trascendental, el de su entrenador, Martin Jol.
“Él siempre me ha mostrado su apoyo, me ha dicho que esté tranquilo, que vamos a ir poco a poco, que él sabe de mis cualidades, sé que tengo la confianza de él”, asegura.
