Opinión

Milton Montenegro

Redactor

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Públicamente, Mario Sotela, vicepresidente de Herediano, ha defendido a capa y espada a Alejandro Giuntini.

Sotela ya se comió la bronca, él cree en el argentino, aunque un sector de la afición florense grite: “fuera Giuntini, fuera Giuntini”. Lo defiende pese a que Carlos Castro dio a conocer que el técnico le insultó hasta la madre.

Se come la bronca, pese a que el timonel trató de ladrón a un árbitro. Lo sostiene aún con los malos resultados en la Concacaf, lo defiende aunque se mencione que tuvo un altercado con el “Mambo”.

Sotela está con él hasta el punto de manifestar que el papelón florense en Concacaf es por culpa de los jugadores.

“Aquí se acostumbra que los futbolistas botan a los técnicos y ellos siguen, pero el mal se queda en los clubes, por eso con Giuntini pensamos para largo”, dijo don Mario en entrevista con Al Día.

En eso coincido con él, aquí los jugadores echan a los técnicos y me da la impresión que en Heredia, a Giuntini ya le montaron la cama. ¿Entonces don Mario, si continúan los malos resultados, si en Concacaf el grupo sigue hundido en el desastre?, echará a todos los futbolistas y seguirá defendiendo a Giuntini.

No creo, si el rumbo no se endereza, don Mario tendrá que dar el brazo a torcer y echar a Giuntini. Ojo y aclaro, no me interesa que despidan al técnico, pero nunca se ha dado ni se dará que un dirigente despida a todo un plantel y siga a muerte con el entrenador.

Lo que Sotela no debe defender, son los arrebatos y la mala educación de Giuntini, quien ya ha retado a pelear a algunos aficionados, se enoja con la prensa por las críticas y saca pecho como gallo de pelea. Eso no es cultura y así no son todos los argentinos, como ha dicho Sotela, porque no he visto a la mayoría de ellos madreando y retando a quienes se les venga en gana.