Ni las súplicas de su esposa e hijos, ni las campañas mostrando los efectos mortales del tabaquismo motivaron a Jorge Leiva Montoya a dejar de fumarse, durante 38 años, 40 cigarrillos diarios.
Este operador de montacargas de Desamparados y trabajador del almacén fiscal Los Leones, en Curridabat, dejó la adicción hace un mes y 22 días, cuando vio amenazado su trabajo.
La ratificación de la Ley General de Control del Tabaco y sus Efectos Nocivos en la Salud, (N°9028), que entró a regir el 26 de marzo, impulsó a miles de costarricenses a dejar el fumado o disminuirlo drásticamente.
Esa ley, unida al hecho de que más de 468 mil hombres y mujeres costarricenses fumen, puso a correr a los encargados de Recursos Humanos en todas las entidades públicas y privadas del país.
El Instituto de Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) está saturado de consultas.
Teresita Arrieta, de la Oficina de Tabaco del IAFA, dijo que han tenido una sobredemanda de empresas e instituciones interesadas en sensibilizar al personal respecto a las consecuencias del fumado y los alcances de la ley.
En las calles es común ver grupos de fumadores que salen de su lugar de trabajo a fumar, a la hora del café o el almuerzo, convencidos de que poco a poco deben vencer la adicción.
Según Arrieta, las empresas no están obligadas a ofrecer tratamiento dentro de sus instalaciones, pero si procurar que sus empleados lo reciban.
La industria tabacalera sufrió con la ley un golpe del que difícilmente se repondrá, mientras que en bares y restaurantes el acople se deja sentir.
Manuel Burgos, presidente de la Cámara Costarricense de Restaurantes, (Cacore), afirmó que entre las pérdidas que afrontan están las de clientes de negocios que salen para fumar y aprovechan para irse sin pagar.
La competencia desleal también afecta al comercio. Según Burgos, hay dueños de negocios que se arriesgan y permiten fumar dentro de los locales, contrario a los que sí respetan la normativa.
Inspectores del Ministerio de Salud ya comenzaron las visitas a bares, restaurantes y lugares de expendio de cigarrillos para exigir que se cumpla la ley.
Desde su promulgación, el Ministerio de Trabajo, el de Salud y demás entidades involucradas trabajan en el Reglamento, que debe estar listo el 26 de junio.
Roberto Castro, director de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud, dijo que dentro del reglamento deben definir el mecanismo para cobrar las multas, así como el diseño de las etiquetas que mostrarán las cajetillas.
A efectos de que la población denuncie incumplimientos de la Ley, también se busca habilitar un número telefónico.
Estos cambios son apenas el inicio de una transformación a la que el país en general deberá someterse en los próximos meses.