En los X-Men, Magneto tiene la habilidad de manipular ciertos objetos (los metálicos) sin hacer contacto con ellos.
¿Imagina usted a una persona con un poder similar?
Aunque a lo mejor le cueste creerlo, Angélique Cottin podía hacerlo.
Según el sitio taringa.net, todo comenzó el 15 de enero de 1846, cuando la chica de nacionalidad inglesa tenía 14 años y vivía en La Perriere, Francia.
Angélique tejía guantes de seda junto a otras niñas y de repente se dio la primera manifestación de su particular talento, ya que la rueca (instrumento que sirve para hilar) que usaban comenzó a temblar como si estuviera viva, anota la página web.
Se dice que las pequeñas asustadas salieron a contar lo sucedido, pero no les creyeron y las devolvieron a sus labores.
Una por una fueron entrando al taller y el fenómeno se repitió cuando la llamada “Niña Eléctrica” ingresó, todas gritaban de pánico, menos Angélique.
Al conocer lo ocurrido sus padres la llevaron para que el sacerdote le hiciera un exorcismo, pero este no vio nada raro y recomendó que la llevaran al médico para un chequeo general.
Historicmysteries.com afirma que la niña trataba de sentarse en una silla y esta la empujaba hacia afuera con tal impulso que nadie podía sentarla sobre ella.
Como si fuera poco si se iba a la cama, esta la sacudía y el único lugar donde podía dormir era sobre una piedra cubierta de corcho. Solo los metales no se veían afectados por sus extraños poderes.
Electromagnetismo
En paranormal.about.com señalan que el físico, Francois Arago pensaba que la habilidad de Angélique se debía al electromagnetismo, argumentando que la niña tendía a lanzar los objetos que se movían a su paso hacia el norte.
Añadió que la propia Angélique actuaba como una brújula, ya que siempre lograba acertar dónde se encontraba el norte de algún lugar.
El 10 de abril de 1846, los fenómenos paranormales de la chica desaparecieron de la nada, así como llegaron.
