Entró como suplente, luego de cubrir por una lesión a una de sus compañeras, ahora Julieth López se ha convertido en uno de los personajes más queridos de “Combate”.
Con más de siete meses en su espalda de estar en el famoso programa de concursos, la guapa del equipo naranja se convirtió en lo que nunca antes había pensado o soñado.
“Nunca me imaginé que me pidieran autógrafos o fotos, si soñaba con modelar, pero lo que pasa ahora es increíble y el cariño de la gente es lo más bonito de esta experiencia”, resumió la tibaseña.
En su familia el tema de conversación en reiteradas ocasiones es el programa, incluso aseguró que algunas de sus tías hasta simulan los mismos juegos y aquello es todo un vacilón cuando se ven.
Aunque ha sido salvada de la expulsión en tres ocasiones, la guapa confesó que luego de la operación donde se puso implantes de silocona, tanto su Facebook como las declaraciones de amor en la calle por parte de sus admiradores, han aumentado de manera notable.
“Ahora me siento más sexy, confiada y con la autoestima alta”, dijo luego de la intervención quirúrgica.
Julieth cree que al principio la gente no la quería tanto por que le sacaban muchos videos con malas reacciones y por ahí vino el apodo “Demonio de Tasmania”, “soy muy explosiva”, aseguró.
Al defender su comportamiento, la también modelo, detalló que durante 10 años fue hija única y creció rodeada de mucho chineo, pues cuando pedía algo por lo general lo obtenía de inmediato.
Pero el contraste de seudónimo en ella es notable, ya que en el mismo programa también la llaman “Betty Mármol”, personaje tierna y carismática de ficción, esposa del cavernícola Pablo Mármol, de la famosa serie animada “Los Picapiedra”.
“Soy súper cariñosa, me gusta ser amable con la gente, entonces creo que tengo más de Betty que de Taz, que es una etapa que voy superando. Ahora me contengo más”, citó.
En su vida personal, López está casada desde hace tres años y trabaja en el grupo de baile de su compañero Bryan Ganoza, junto a otros “combatientes”.
Entre sus diversiones y el poco tiempo libre que tiene, “Julie” –como también le dicen–, se entretiene saliendo con sus padres, Yinnia Muñoz y Fernando López, dice que ambos son juveniles y que más que papás, son sus amigos y mayor tesoro, junto a su hermano menor.
“Mi hermano Ferzon representa lo más grande, es como mi ángel, una de las felicidades de mi vida, siempre lo chineo y es todo para mi”, afirmó.
En otras facetas
Es de las más pequeñitas en cuanto a talla se refiere de las chicas de “Combate”, pero su fuerza se siente cada vez que se exige en las pruebas.
La razón se debe principalmente a que, desde los 19 años estuvo en un equipo de porrismo, donde era “parejera”, es decir únicamente asistida por una sola persona para hacer las diferentes piruetas.
“Desde chiquitita me encantaba andar en el piso haciendo piruetas, “splits” y desde ese entonces tuve la agilidad para entrar a porrismo”, contó.
Aunque el equilibrio es fundamental en ese deporte, la chica dijo que la famosa “Linga” del programa es punto y aparte, ya que es muy resbalosa. “El porrismo me dejó mucha elasticidad y fuerza en piernas y brazos, pero más que todo se trata de mucha concentración y disciplina”, agregó.
Desde pequeña también decía que sería modelo, incluso sus primeras pasarelas fueron frente al espejo, pero fue hasta el 2008 que decidió entrar y ganar el Miss Alajuela, que en aquel entonces era un concurso abierto.
“Eso fue un sueño cumplido, la corona la tengo en una cajita especial en la casa para tenerla conservada”, comentó.
Antes de ser conocida por medio de la televisión, la guerrera naranja trabajó en un laboratorio clínico, lugar donde se enamoró del trabajo.
Algún día espera alcanzar el sueño de estudiar microbiología, anotó.
De momento esta guapa “combatiente” espera mantenerse hasta donde el público así lo decida y de por vida recibir esas muestras de cariño que día a día vive, junto a sus compañeros de programa.
