Alajuela. - Juan Luis Hernández se persignó previo al pitazo inicial del juego de vuelta del repechaje. Pidió ayuda divina de ante mano, quizá, presintiendo que ayer iba a sufrir, que el conjunto de Carmelita le estropearía su cumpleaños número 62 al derrotarlos 2-0, enviándole así a su equipo Orión, a la Liga de Ascenso
¡Pero qué va! Sinceramente nadie podía evitar ayer que el cuadro orionista descendiera, porque por lo mostrado sobre el engramado sintético del estadio Morera Soto, el milagro de permanecer en Primera División era casi misión imposible.
El equipo “azulgrana” nunca tuvo los argumentos futbolísticos necesarios como para poder pensar que merecía la permanencia; apeló a que su arquero Carlos Díaz sacara cuanto remate le llovió sobre su arco, que Richard Mahoney no solo defendiera, sino, que también se convirtiera en su principal carta de gol por medio de la táctica fija, ante el pobre papel de su ofensiva.
Aunque hay que ser claros, tampoco crean que los carmelos fueron un derroche de virtudes, porque no, pero para su fortuna contaron con Mario el “Toro” Camacho, ese viejo zorro del área, quien incluso pasado de kilos, a puro colmillo logró cornear a Orión en dos ocasiones (al 69’ y 89’), y con esto hacer realidad el ascenso de los “verdolagas”.
Los de la “Vieja barriada” bajo el mando de Orlando De León que logró su quinto ascenso en el país, hicieron más méritos, al menos intentaron atacar, mostraron más juego de conjunto, garra y coraje, metieron la pierna fuerte y no dieron ningún balón por perdido.
Eso sí, no se engañen, y lo digo no por ser mezquino, sino más bien realista, pero el juego de ayer realmente fue malo, a años luz de un encuentro entre de dos equipos que estaban peleando por un campo en el fútbol de élite nacional.
Por lapsos me resultaba más interesante ver a unos jóvenes que con tambores y trompetas, intentaron armar un carnaval en la gradas, que lo que veía en el terreno de juego.
Sin duda alguna, la dirigencia de Carmelita deberá ahora buscar por todos los medios reforzarse, contratar jugadores de peso si desea dar pelea y que su paso en Primera no sea transitorio. De lo contrario con lo que tiene y con todo respeto, bien podría ser el pato de la fiesta y serio candidato para regresar de golpe a la Segunda.
Ojalá igual, los cerca de 300 aficionados que apoyaron al equipo ayer, que invadieron la cancha tras el pitazo final, que se abrazaron entre ellos, con los jugadores, algunos incluso gritando a todo pulmón que eran campeones (no sé de qué, porque lo que disputaron fue un repechaje) sigan asistiendo al estadio y se les unan más. Duro reto se echó encima el Carmelita ¿Está preparado para afrontarlo?, en unos meses nos daremos cuenta.
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