Entre aquella multitud en el Gran Bazar de Estambul, una especie de mercado donde se puede encontrar joyería, orfebrería o pieles, el campeón del mundo, de los 400 metros, del mundial bajo techo, Nery Brenes, caminaba a placer, con su entrenador Wálter Salazar y Roberto Verdesia, presidente de la Federación Costarricense de Atletismo (FECOA).
Nery apenas y ha dormido desde que el sábado, paró el “crono” en 45:11 y se proclamó como el mejor del planeta en la especialidad.
Al otro lado del teléfono se escucha al mismo de siempre: un tipo bromista, que se ríe de alguna de sus ocurrencias y listo para sorprender a su entrenador Wálter Salazar con alguna de sus ya famosas salidas.
“Me siento tranquilo, acá estoy caminando con los ticos y hasta me encontré con Marco (Ureña, delantero del Kuban Krasnodar de Rusia). Trabajamos por mucho tiempo por un título y siento que aún lo mejor está por venir”, dijo Nery vía telefónica.
“El título ha sido una gran bendición. De seguro cansé a mucho cuando les decía que iba a ser campeón del mundo, pero Dios sabe que me he esforzado mucho, nunca me rendí y hasta que lo logré por fin”.
Una revancha
Es difícil olvidar los malos momentos, sin embargo, de ellos Brenes sacó sus enseñanzas y por eso cuando conquistó el oro lo gritó y se golpeó con vigor su pecho.
“Para mí aquel momento fue como una revancha. Se habían dicho muchas estupideces cuando me descalificaron en Alemania y me caí en Inglaterra. Aquellos que hablaron mal no tienen ambición aprovechan cualquier cosa mala que pasa para hacer mofa”.
“Había entrenado mucho para hacer buenas carreras y aunque no se dieron la cosas yo sabía que Dios tenía preparado cosas buenas para mí, así lo había repetido como cuatro días antes de la primera ronda eliminatoria”.
Como un vampiro
Su felicidad por el título sigue a flor de piel: “Me ha costado dormir, aún no me creo lo que hemos logrado, el ser campeón del mundo, todavía me cuesta”.
“Todo fue muy rápido, todavía siento la adrenalina de la carrera y he dormido muy poco, por lo que me sentí como un “zombi” en el día y un vampiro por las noches”, comentó entre risas.
El mejor atleta
Su título de campeón llevó a la Fundación Laurens a entrevistarlo y nominarlo como el mejor atleta del año, distinción que en el 2011 logró el tenista Novak Djokovic, después de ganar tres de los cuatro Grand Slam y tener un año de grandes victorias.
“Es un gran reconocimiento, pero eso no me va a cambiar, siempre voy a esforzarme por cumplir mis metas, tengo los pies puestos en la tierra y voy a luchar por cumplir mis objetivos”.
“Por el momento solo trato de disfrutar, tanto así que en cinco años es la primera vez que puedo pasear y conocer un poquito de la ciudad después de una competencia. La verdad Estambul tiene lugares espectaculares”.
Nery llega el jueves y desea compartir con la gente.
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