Liberia. - “Yo lo que quiero es demostrar que ya porque uno no está nombrado en propiedad, no significa que tienen que abandonarlo”, reclamó Juan Ruiz Ponce.

Si bien durante este tiempo el INS le ha pagado una suma mensual por su incapacidad, el recolector teme que algún día le den de alta y se le dificulte encontrar otro trabajo por su estado físico.

“He tenido que ordenar los gastos. Vivimos (tiene pareja y dos hijos jóvenes) con lo que me da el INS y lo que se gana mi doña ayudando a limpiar, pero no sé hasta cuando el INS me va a seguir pagando”, agregó.

Confiesa que si estuviera otra vez en la misma posición de ayudar a un niño, lo haría, pero quiere que eso sea reconocido.

Incluso, compara la situación con la que vivió hace más de una década, cuando un toro casi lo mata. Por eso tiene una gran cicatriz en su pecho y estómago, producto de la operación a la que lo sometieron.

“Imagínese que cuando eso, por andar de vago montando, la empresa sí me apoyó y en esta ocasión la municipalidad no lo hizo”, finalizó.