México tiene mejores jugadores y más conjunto que nosotros, Estados Unidos es más equipo que Costa Rica, Honduras cuenta con futbolistas de más nivel y Panamá también nos supera en figuras… Pero aún así podemos ir al Mundial. La única fórmula para revertir esas verdades es que la Selección tica progrese y logre consolidar un equipo balanceado tácticamente, pero que a su vez las “figuras” exploten con todo el potencial que creemos ver en ellos. Si esto no ocurre, todos aquellos van a quedar por delante en la tabla final. Si Campbell deja de jugar a la estrellita, si Ruiz no se aparta de las lesiones y nos regala algo de lo que muestra en Europa, si Bolaños no mantiene su aptitud de los dos últimos juegos, si el “Chiqui” no vuelve a ser el de aquella tarde inolvidable contra España… Si todas esas cosas no ocurren, juntas, va a ser muy difícil que podamos crecer como equipo. La solidez gringa se combate con genialidad futbolera. El rigor físico de los hondureños, su velocidad y dinamismo, requieren de una estructura sólida para contrarrestarlos. A los panameños no hay que dejarlos echar alas y hay que quitarles la pelota para impedir que con los trazos largos sus potentes delanteros nos hagan daño. Y a México… A México hay que jugarle perfecto. Una versión mejorada de aquella Selección que jugó en el Azteca y perdió con un gol del “ Chicharito”…
Esa es la que necesitamos para la hexagonal. Mejorada en la dinámica de juego, en la transición al ataque, en la ambición por ganar. Con esa estructura defensiva mostrada va a ser difícil para cualquier rival, pero si no sabemos ir al frente lo difícil va a ser para nosotros. Estoy convencido de que no estamos hoy entre las mejores 3 selecciones. Podemos aspirar a ser la tercera si dejamos trabajar a Pinto y si éste logra consolidar a una generación que aún titubea por subirse al tranvía de los consagrados.
