Milton Montenegro, periodista
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Hoy inician los cuartos de final del Torneo de Verano y a quienes nos apasiona el fútbol, nos frotamos las manos.

“En estas instancias nadie regala nada”, suelen decir los jugadores y uno piensa, es la parte buena del campeonato.

¿Pero en realidad se viene lo bueno?

Ojalá sea así y no se presenten problemas en la mesa para que a unos les quiten puntos y se los regalen a otros.

Espero un cierre de torneo, de aquí y hasta la final, con partidos agradables para el espectáculo. Que la afición termine satisfecha y no dolida por haberse metido la mano a la bolsa y sacar el dinero que pagó por las entradas.

Que Limón demuestre que va en serio y no se desinfle en el “sprint”; claro, si no llega largo, que no salgan después con la excusa que hizo falta Kurt Bernard.

Herediano debe lavarse la cara. En el certamen anterior llegó a la final y ahora que se lleve el título, por supuesto, siempre y cuando Alejandro Giuntini esté concentrado en su trabajo y no vociferando y retando a pelear a los aficionados rivales.

Si se metió en esto, aguante.

De Cartaginés espero un equipo agresivo a la ofensiva y no lo mismo de siempre en estas fases, encerrado y a la espera del error del rival.

San Carlos ni qué decir, que sean “Toros” de verdad, más bravos que el Malacrianza y ganen en casa y como visitantes.

Y de Pérez Zeledón, si jugara como lo pregona su técnico, sería un equipazo. Nadie le pondría la mano aquí en el país, pero no, a veces juega bien, otras no y en otras es solo miedo, como cuando enfrentó a Saprissa.

A los morados no les queda otra, ya fracasaron en Concacaf y no pueden darse el lujo de otro tropezón. Aunque su técnico diga que no fracasó, pero está acostumbrado, don Juan Manuel nunca ha ganado nada importante.

La Liga es el campeón y obligado a retener el cetro.

Ah y de Santos, con el perdón y respeto a su gente, la verdad no espero nada, clasificó casi de rebote, así que si es campeón, sería la sorpresa del año.