Deportes
Sábado 9 de abril de 2011, San José, Costa Rica
Pasión por el deporte

Habla a menudo por teléfono con la familia

Minor sin “compu”, ni “celu”

Rodolfo Martín
rmartin@aldia.co.cr

Ni computadora, ni celular, ni correo electrónicol. Son algunas de las restricciones que vive en prisión Minor Vargas, el conocido empresario y dirigente del fútbol costarricense, con más de tres meses detenido en los Estados Unidos. Pero, según dijo ayer su hijo del mismo nombre, su papá se muestra positivo y optimista.

La declaración la dio al concluir una reunión en el estadio Hernán “Cuty” Monge, en Desamparados, donde se informó –oficialmente– sobre la cesión de la franquicia del Brujas al legendario Orión.

Vargas puede llamar a su familia dos o tres veces por semana, pero sus parientes no pueden contactarlo desde aquí por teléfono ni por correo electrónico.

“Cuando hablamos con él por teléfono lo oímos igual como cuando nos llamaba desde el extranjero en sus viajes de negocios”, agregó el hijo.

Vargas fue detenido el 18 enero en el aeropuerto John F. Kennedy de la ciudad de Nueva York, como parte de una investigación relacionada con un fraude de $670 millones con seguros de vida.

Chequeos médicos

Es sometido semanalmente a chequeos médicos y “el reporte que tenemos es que goza de buena salud y hasta ha perdido varias libritas que tenía de más”.

Vargas solicitó un menú vegetariano, porque no come carnes rojas y le fue concedido.

“Mentalmente está mejor que nunca porque, sin computadora ni celular, ha podido descansar”, agregó el joven arquitecto.

Sin embargo, su padre, mantiene su conocida hiperactividad, “al punto que mantiene sus cinco o seis horas de sueño, mientras otros internos duermen hasta 14 y 15 horas, según nos cuenta”.

Al parecer, hizo un programa de actividades diarias que incluye el estudio de su caso, leer y un entrenamiento físico.

Además, escribe un libro, “algo que siempre quiso hacer”, comentó su hijo.

Incluso, organizó grupos de internos no sólo para reflexionar sobre temas espirituales, sino también con la idea de ayudar a varios que no hablan inglés.

El dirigente comparte celda con otro interno.

La comunicación con él es buena. Llama dos y hasta tres veces por teléfono. Hay días y horas establecidos para que toda la familia pueda hablar con él.

Al parecer, fue el empresario quien pidió el cambio de centro para poder, presuntamente, tener acceso a esta tecnología.

La comunicación más usada es el correo tradicional.

“A mi papá lo visitan dos o tres veces por semana. Algunos son amigos que viven allá y que también nos mantienen informados. Mi hermano Armando estuvo por allá bastante tiempo. Analizaremos a quién le toca regresar”.