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Viernes 5 de agosto de 2011, San José, Costa Rica
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Opinión

Hielo y cangrejo

Roxana Zúñiga Quesada

Periodista

Se inició el campeonato de fútbol (de bola, diría un amigo) con más frialdad que si se realizara en una cancha de hielo para polo. El número de asistentes a los estadios no hace más que reflejar esa apatía. Daba tristeza observar algunas graderías con escasos 300 gatos.

Este es un torneo extraño, en el que el número de equipos son 11 y en el que siempre habrá un equipo sin jugar. ¿Habrá algún país en el planeta donde sea tan descabellado?

Y muchos factores contribuyen a ese gélido ambiente. El desorden en la organización y ésta en sí misma, que posibilita que un cuadro y una afición queden libre en cada jornada. ¿Qué hizo la mitad de la afición nacional este domingo pasado, cuando el Saprissa estuvo de feriado? Pienso que el inicio del torneo careció de interés y, quizá, solo adquirió el atractivo de comprobar como le fue a su connotado rival, la Liga.

El certamen se perfila carente de competitividad, en el que Alajuela y Saprissa se avizoran como los mejores. Será más de lo mismo que hemos tenido en años anteriores.

Ni Herediano, Cartago, San Carlos, Puntarenas, Limón y Belén presentan posibilidades reales de pelear un campo en la final.

Observé el duelo ante los chuchequeros y ¡qué decepción! Un equipo que solo jugó para atrás, con 500 pases, pero sin avanzar ni un metro. Por eso, me desconcierta que el entrenador argentino hable de que poco a poco se alcanza su idea. ¿Su novedoso planteamiento es el fútbol cangrejo?

Los magros resultados de las selecciones tampoco contribuyen mucho a la euforia por el campeonatito. Que México nos tocara en el grupo eliminatorio rumbo a Brasil 2014 nos deja gusto a limón ácido.

El clásico prematuro, cuando apenas estiran las piernas, es otro elemento perturbador para un certamen que inicia renco.