Deportes
Viernes 5 de agosto de 2011, San José, Costa Rica
Pasión por el deporte

Morados le empataron en la “Saprihora”

A la Liga se le quemó el pan

Isaac Zúñiga Keith

isaac.zuñiga@aldia.co.cr

En la casa de la Liga se frotaban las manos, estaban a un minuto de degustar una nueva y satisfactoria victoria en clásicos nacionales, la segunda de Óscar Ramírez de los tres que ha dirigido, pero apareció la figura de José Mena, se metió a la cocina, les quemó el pan y les agrió el paladar.

Sí, el mismo hombre que falló en la marca del delantero Jonathan McDonald, lo dejó darse vuelta, avanzar y enfundar un derechazo que clavó al ángulo, el primer y único remate a marco que realizó Alajuelense en el juego.

El artillero manudo le pintó la cara al zaguero saprissista, se la dejó tiznada, sin embargo, Mena pudo lavársela, y de qué forma, en la famosa “Saprihora” se vistió de héroe, cuando los morados estaban contra la pared y parecía que otra vez más les pondrían la mano encima.

Fue un justo empate por lo que se vio en la cancha.

Un Saprissa que controló las acciones, pero que le faltó esa profundidad, la pegada final, que jugó desde el minuto 63 con un hombre menos, gracias a un infantil Wálter el “Paté” Centeno, que quiso pasarse de listo con el brasileño Marcelo Sarvas, le negó una disculpa, se “picó” solito y le salió el tiro por la culata.

Todo lo contrario fue el conjunto rojinegro, quien no supo aprovechar esa superioridad numérica, no fue un derroche de virtudes y pecó de mezquina.

Por eso, al final el “Machillo” salió con cara de pocos amigos, con su seño fruncido.

Su equipo se le relajó, se endulzó con el “olé, olé...”, que coreaban a todo pulmón sus aficionados en las gradas, el mismo que se disipó con el tanto morado.

Su colega Alexandre Guimares, que vivió su regreso a los banquillos en el fútbol nacional muy tranquilo, con una botella de agua en su mano, levantándose sereno a girar indicaciones, en cambio, terminó respirando hondo, evidenciando una satisfacción.

Y es que sí le costó, tuvo que mover sus fichas, hacer ajustes, sacar a relucir su espuela para salvar el complicado debut de los tibaseños, en un clásico que le faltó, no calentó y fue de medio ver.