Conocido en Centroamérica por haber iniciado con el arte en el país cuando no había casi ni “tele”, por eso mismo fue nombrado como “El Quijote de la Magia”.
En su espalda cuenta con más de 30 años de experiencia. Luis Felipe Araya Carballo, mejor conocido como el Mago Santiesteban, vive, come y sueña todavía con sus trucos.
“Mi Dulcinea ha sido la magia, mi maleta es Rocinante y en este momento Eva Ugalde, mi señora, es mi pequeña Sancho, igual que en la historia ella se cree mis locuras, y piensa en la península prometida”, dijo.
Aprendió de los magos que solían visitar Costa Rica a inicios de los años 80. Muy joven se aventuró a ir por Sudamérica y Centroamérica dejando todo en busca de su pasión junto al mago panameño Marko.
Estuvo en la televisión nacional, participando de la Teletón, en “Fabulosos del 2”, y prácticamente toda la década del 90 en “Fantástico”.
El mago nace
Una vez alguien le dijo que “un truco se aprende en un minuto, ser mago requiere un poco más de tiempo”, por eso sigue en la profesión y reiventando sus “shows”: “Taller de niños: se reparan papás”, que es familiar; “La magia como ciencia y la ciencia como espectáculo”, para estudiantes y para adultos “Soy así”.
“Manejo mucho el parlot’, me nutro observando todas las nuevas corrientes de jóvenes, viendo fábulas, tengo asesoría en la parte pedagógica, psicológica, y en los adultos trabajo más por la nostalgia de los recuerdos y costumbres”, citó.
A los ocho años se dio cuenta que la magia era su pasión, tras la llegada de un mago, quien se quedó en casa de su abuela y que le regaló su primer baraja.
Conoció al mago Marko de Panamá, quien lo influenció a descubrir la comedia sin dejar de sorprender, formando así un “show” más atractivo.
