Redacción.Con un final de infarto, los Mavericks de Dallas empataron la final de la NBA ante el Heat de Miami en un cuarto juego digno de recordarlo.
Los de casa no podían darse el lujo de perder otro juego, y aunque las cosas no fueron fáciles, sacó toda su fuerza para venir de abajo, remontar y vencer 86-83 y poner la serie 2-2, con un juego más en Dallas mañana.
El alemán Dirt Nowitzki jugó con fiebre, pero su participación fue determinante. Anotó 21 puntos y fue la guía de su escuadra, ante un cuadro de Miami en el que brilló Dwayne Wade, que con 32 puntos fue el mejor de su equipo y del juego, pero falló en el final.
Con seis segundos por jugar y tres de desventaja, Wade soltó el balón al recibir el pase, lo que impidió a su equipo tener una jugada clara en ataque para la paridad y obligar al tiempo extra.
La otra estrella del equipo, LeBron James no brilló, sumó solo 8 puntos y quizá d ahí vino la derrota para su escuadra.
Chris Bosch, quien completa el trío mágico del Heat sumó 24 unidades. Entre los tres llegaron a 64 puntos y no cumplieron con la cuota mínima de 70 unidades, que se dice que garantizan la victoria del equipo cada vez que llegan a esa cifra. Ayer no pudieron.
Emoción
La final de la NBA entra en una etapa de emociones, con el quinto juego mañana también en Dallas el cual puede significar vital en el futuro de la serie, antes de volver a Miami para el cierre, en el sexto y si es necesario sétimo partido.
Lo que está claro es que esta final no es ni parecida a la que jugaron ambos equipos en el 2006. cuando el Heat dominó por completo a los Mavs y conquistó el anillo. Ambos cuadros se están jugando el todo por el todo y aunque en el Heat brillan más estrellas, en Dallas tienen ganas de título.
