Deportes
Sábado 5 de noviembre de 2011, Costa Rica
Pasión por el deporte

Voy con la Liga, Herediano y Saprissa

Milton Montenegro, redactor

mimontenegro@aldia.co.cr

El cierre del torneo se puso bueno, los tres grandes del fútbol luchan por el primer puesto y uno de ellos será el campeón.

Cuando he escrito alguna nota de Saprissa, muchos lectores me escriben y dicen que soy morado. Cuando la nota es de la Liga, me tratan de manudo de hueso colorado y cuando es de Herediano, me llaman florense envenenado.

Según el color de la nota, así consideran los lectores es mi preferencia por algún equipo.

Hoy les digo que voy con, Herediano, la Liga y Saprissa, si alguno queda campeón, estaré con el grupo de los ganadores.

Le voy a Herediano porque en Heredia pasé mi juventud y como aficionado asistía al Rosabal Cordero, además porque el “Team” brinda espectáculo y le deseo lo mejor a Jafet Soto, un tipazo de verdad.

Voy con la Liga, porque tiene un equipazo, el mejor plantel del país. Es bicampeón y favorito para alzar otra copa y porque mi hija y varios de mis conocidos son liguistas y me agradaría que al final estén con una sonrisa de oreja a oreja.

Y me apunto a Saprissa porque echó mano a varios jóvenes, quienes no se arrugaron y dieron la talla, mi hijo es morado, aunque no envenenado y porque la “S” es el cuadro más ganador del país, 29 títulos.

Pero más allá de que ya me puse la camisa de los únicos grandes del país y seguro me llamarán pancista, lo mejor es que al fin y tras muchos intentos fallidos, los dirigentes del balompié nacional acertaron con la propuesta del campeonato. Como decimos los ticos, les costó la tabla del uno, pero la pegaron. Se dan cuenta que con solo cuatro clasificados, el torneo es atractivo.

Los grandes en lucha abierta por ser primeros y así de entrada evitar medirse entre ellos en semifinales. En la mitad de la tabla, Puntarenas, Cartaginés, Pérez Zeledón, Santos, San Carlos y hasta Orión a muerte por el boleto que da ser cuarto lugar. Y al fondo, Limón y Belén con las barbas en remojo por no ser el descendido.