Dejó huella en Costa Rica por su simpatía, su disposición para dar autógrafos y tomarse fotos con los aficionados que lograron acercarse.
Goleó y por mucho a Messi y eso la afición lo agradece. Saludó y jugó, que más podían pedir los que fueron al Estadio Nacional. Pues lo que pasó al final.
El “10” brasileño salió de nuevo al campo al final, saludó, hizo reverencia al público, que con aplausos y gritos lo agradeció.
De verdad un grande.
“Voy a venir de nuevo con más tiempo para conocer”, aseguró el jugador en una corta declaración, dejando en claro que le gustó Costa Rica como un todo.
Le faltó, eso sí, un poco más de magia, se vio poco. Fueron solo destellos de su fútbol.
Ronaldinho lució la 10 de Brasil en el país, pero en el juego, se dedicó más a pelear que a jugar.
Lo intentó, quiso hacerlo, pero la férrea marca de la tricolor lo empezó a sacar de casillas.
Muchos reclamos
Primero fue con Michael Barrantes, quien le hizo una falta fuerte a Neymar. Ahí apareció Dinho para reclamarle al árbitro Wálter López. Le pidió la tarjeta amarilla para el tico.
Tuvo su encontronazo con el 11 nacional. Barrantes le cometió una falta por detrás que no le gustó nada al brasileño.
Después fue Rándall Azofeifa el que lo “calentó”. Ronaldinho intentó irse con balón dominado, pero el contención lo agarró de su camiseta, lo jaló. Por último, Álvaro Saborío le cometió una fuerte falta que lo irritó.