Domingo 29 de abril de 2012, Costa Rica

Durante una década ella ha sido una de las más cotizadas: su sencillez y belleza son las responsables

Karen Brenes, modelo y empresaria

Rodolfo Rodríguez

rodolfo.rodríguez@aldia.co.cr

Es una de las modelos más cotizadas del ámbito nacional, su simpatía y profesionalismo son los responsables de que las mismas mujeres le pidan que se tome fotos con sus maridos o novios.

Y es que son más de 10 años los que lleva en eventos y pasarelas, por lo que se le podría llamar “La Eterna Modelo”, pero eso la tiene sin cuidado y Karen Brenes no se cansa.

La voluptuosa morena no tiene planes de colgar sus trajes, todo lo contrario, anotó.

“Todavía me mantengo. Mientras me sigan contratando seguiré y no lo dejaré no hacer. No vivo por completo del modelaje, pero sí es una parte importante que me ha ayudado en otros negocios y obligaciones”, contó.

El modelaje le ha dejado más alegrías que cóleras, dice que su responsabilidad y buen trato con la clientela es lo que la ha llevado a distinguirse y seguir siendo una de las más cotizadas en el mercado.

Sus ajetreados días, entre una cosa u otra, hacen que esta josefina sólo vaya en dos ocasiones a la semana al gimnasio para mantener su figura, aunque actualmente y por alguna extraña enfermedad, de vez en cuando la báscula suba un poco más de la cuenta.

“Eso me tiene preocupada porque son 10 meses ya así, me hincho entre cinco kilos promedio, que los subo y los bajo sin ninguna razón. Me he hecho exámenes, he ido a nueve diferentes doctores y no encuentro respuestas”, detalló.

Pese a su preocupación, esta ejemplar belleza costarricense, seguirá haciendo lo que más le gusta, prolongando su buen momento por más años.

Un poco de ella

Celosa de su vida privada, casi no conocemos nada de ella, según dice, en buena parte es para evitar el “cuchicheo” de la gente. “El no hacer tan pública la vida da menos de qué hablar”.

Eso sí, le reveló a VIP algunos detallitos de su infancia en los barrios del Sur, donde habita su más grato recuerdo, cuando jugaba con su buena colección de barbies.

Siempre fue una buena alumna y nunca dejó de estudiar. Cuando decidió experimentar en el modelaje recibió el apoyo de su mamá, quien la acompañó en sus primeras actividades, aun siendo menor.

Pocos saben que estudió en la Universidad de Costa Rica, la carrera de Dirección de Empresas con énfasis en Banca y Finanzas. Karen fue dueña de una microbús para transporte de turistas, negocio que le cedió a su hermana menor Rossy, quien también da sus primeros pasos en el modelaje.

Lo que sí no dirá jamás, es su edad, pero tampoco hace falta viéndose así. Su sueño es ser madre y construir un hogar con un buen hombre.

“Me encanta el hombre caballeroso, atento, trabajador, inteligente, que al salir tenga sus temas de conversación. De momento estoy soltera”, citó.

Para ella el significado de “sexy” muy amplio.

Desde una mirada pícara, la manera de ser, hasta la forma de hablar y de comportarse son parte del combo.

Para desdicha de muchos, entre sus planes no está posar completamente desnuda para ninguna revista o medio, aunque ha recibido un par de ofertas internacionales, Brenes ni siquiera preguntó de cuánto era el contrato.

“Eso está en los valores y el respeto, cuido mucho mi imagen, prefiero incluso no jugármela con alguna prenda que se me pueda ver algo en pasarelas o eventos”, comentó.

Amante de la música romántica, bailar es su pasión de por vida, electrónica y salsa sus géneros favoritos, pero sí hay algo que no puede ver ni en pintura son las arañas, esa es su fobia.

Pequeñita sólo en estatura, porque en cuanto a trayectoria y belleza, Karen es una gigante, que con pasos firmes sigue cumpliendo sus sueños y atrapando miradas en todo Costa Rica y fuera de esta.

Huellas

Debut

Apenas terminaba el “cole” cuando empezó a bailar en la tarima de Casa Matute Gómez, bar de moda en San José.

Su tienda

Lleva ya cuatro años con su local en el centro comercial Plaza Tibás, ella misma va a Nueva York por las prendas.

Coqueta

De pequeña sus barbies lucían impecables. Confesó no salir sin maquillarse ni siquiera a la esquina.