Domingo 3 de junio de 2012, Costa Rica

Edier Jiménez

Corazón valiente

Neyssa Calvo Achoy

ncalvo@aldia.co.cr

El corazón de un ciclista palpita en su interior y con cada latido recuerda al valiente que lo devolvió la vida.

Edier Jiménez, de 19 años, no es ni la sombra de lo que era hace un año, antes de recibir un trasplante de corazón de John Mauricio Castro en el Hospital Calderón Guardia, el 31 de enero del 2012.

Jiménez, vecino de Purral de Goicoechea, recuerda su pasado como si fuera una película y asegura que su donador fue un ángel, pues ya se habían hecho otras pruebas sin éxito.

No olvida que días antes de la cirugía casi no podía respirar ni hacer ningún tipo de ejercicio, el fútbol era imposible.

“El dar unos cuantos pasos era para mi como subir una montaña y el aire me faltaba”, comentó Edier.

Él sufría una miocardiopatía severa y desde octubre del 2010 aguardaba con emergencia un nuevo corazón.

Hoy la historia es otra. Edier cursa el undécimo año en el Liceo de Purral y enfatiza que todo va viento en popa.

Eso sí, la terapia de rehabilitación sigue siendo parte de su vida, pues asiste tres veces a la semana al Centro Nacional de Rehabilitación (CENARE).

Pese a tener el corazón de un deportista cuenta con cierto pesar que no hace tanto ejercicio como quisiera.

Todavía alberga el sueño de convertirse en un chef pero su difícil situación económica le ha impedido avanzar.

“Cuento con el apoyo de mi mamá y la beca que recibo en el colegio, pero a veces se dificulta un poco la falta de dinero. Incluso los médicos me han sugerido una dieta, pero no la puedo cumplir”, destacó el joven.

Aseguró que está soltero y sin compromiso, puede correr, lleva una vida casi normal y cada día que pasa agradece a Dios el estar vivo para poder decirle a otros que la esperanza nunca muere.