Aquel 1° de julio del 2009 quedó registrado entre los pasillos del Hospital México donde no se hablaba de otra cosa que no fuera el nacimiento de los quintillizos.
En cobijas rosadas y celestes buscaban calor María Celeste, María Belén, María Jimena, Gabriel Francisco y Luis Mauricio, que hoy son la razón de ser de sus padres Elizabeth Camacho y Mauricio Rojas.
En dos meses cumplirán tres años y si algo tienen en común es su hiperactividad.
El silencio es algo que solo se conoce en su casa en Barva de Heredia cuando el sueño vence a los cinco y tarde en la noche, contó su madre.
“Los acostamos a los cinco a la vez, hacemos una oración, toman chupón y se apagan las luces”, comentó Camacho que confesó que al principio fue muy difícil lograr que se acostumbraran a dormir solos.
Ellos son como los cinco dedos de la mano: diferentes.
María Celeste es muy chineada y peleona, Luis Mauricio a quien le dicen “Pollito” siempre quiere que lo alcen y es un gran hablantín.
María Belén, a quien le costó recuperar peso al nacer, es la más calmada y según relató su mamá, anda en su propio mundo. Eso sí, nadie la calla cuando tiene hambre.
Gabriel, el cuarto en nacer, es muy sociable y se mete cuanta cosa se encuentra en la nariz si se descuidan en casa.
Por último, Jimena, según dijo su familia, puede comerse el planeta entero, pues es una gran comelona. Además es muy cariñosa.
¿Cómo hacen para cuidarlos? Tanto Elizabeth como su esposo han contado con ángeles, entre ellos Sandra Sánchez, la abuela materna.
Además de la gente que les ha obsequiado cosas para los niños. Hoy las ayudan han disminuido, pero van saliendo con los gastos.
“Mi esposo hace fletes en una mueblería, pero hay cosas por pagar tan solo en pañales gastamos ¢30 mil diarios porque ninguno los ha dejado”, destacó Camacho.
Tres de los niños asisten a una escuela en San Rafael de Heredia. Gabriel y Belén por estimulación temprana y Mauricio porque tiene dificultad para caminar.
Les cuesta salir todos juntos porque dos adultos no dan a basto, pero aún en casa tratan de divertirse como en jardín de niños. Si desea ayudar a los padres de los quintillizos puede llamar al teléfono 2260-5961.