Se ha casado tres veces, no es amigo de las mascotas y no se considera para nada un hombre metrosexual.
Desde hace 21 años es el Alcalde de San José, pero Johnny Araya cada vez que puede se refugia en las tierras de la pampa cerca del mar.
Para él escuchar el golpe de las olas contra las rocas de la playa pueden ser tan desestresante como cuando cocina.
Así es cuando se pone el delantal, es un maestro preparando paellas e incluso cuenta que en diciembre ya es una tradición invitar a sus padres y cuatro hermanos para darse gustos con el platillo.
También es bueno preparando ceviche y pastas.
Pasión que comparte con su actual compañera sentimental Sandra León, con quien ya suma dos años de noviazgo aunque se conocían tiempo atrás.
Confiesa que mantiene una excelente relación con León e incluso no descarta casarse por cuarta vez.
Araya nació hace 53 años en San José en la Clínica Mater que ya no existe, pero dio origen al Hospital de las Mujeres. Sin embargo, parte de su infancia y adolescencia la vivió en Palmares y si algo no olvida de ese lugar son las mejengas en el parque a 50 metros de su casa, donde vivía con sus hermanos y padres.
“En mi infancia no había más que dos o tres televisores en el pueblo y los teléfonos en las casas eran caros”, recordó.
Aseguró que hoy no abriga frustraciones de ningún tipo, es católico y aunque no es de los que anda en misa. Ni cree más de la cuenta en los rituales religiosos.
Se mantiene firme a su equipo Saprissa que sigue por herencia de su papá Fabio Araya, quien desde chiquillo lo llevaba a ver a su equipo a nada menos que al Estadio Nacional.
¿Cuáles son sus tesoros? Además, de sus tres hijos María Gabriela, de 30 años, Gloriana de 27 años y Sergio de 20 años, conserva con especial cariño la maqueta de la escultura de Juan Pablo II que hizo el artista Jiménez Deredia.
Es un hombre de metas y cuando le toque vivir los años de oro espera “atracar” cerca de la costa donde se levante con la cálida brisa del mar.