Deportes
Sábado 6 de agosto de 2011, San José, Costa Rica
Pasión por el deporte

El exboxeador panameño, Roberto “Mano de Piedra” Durán repasaen exclusiva con Al Día su vida

Con mano

Esteban Valverde

esteban.valverde@aldia.co.cr

Ciudad de Panamá. -“Fui un boxeador que nunca me dejé pegar. Arriba del ring fueron pocas veces las que me tuvieron mal. A mí me daban mucho cabezazo, pero no “trompadas” (golpes)”.

Ante nosotros está Roberto “Mano de Piedra” Durán, excampeón mundial de los pesos livianos quien atiende a Al Día en su residencia en Villa Argentina, Ciudad de Panamá.

Dedicado a su vida familiar y a sus actividades privadas, esta leyenda panameña del boxeo nos recibe tras cinco horas de espera.

Pausado, tranquilo pero espontáneo, “Mano de Piedra” no se guarda nada de su vida, a sus 60 años cumplidos.

Es embajador de los deportes de su país, ama el cine y el dominó. Es dueño de un gimnasio, tiene una orquesta. Le gusta la cerveza y el pescado y no deja un día sin visitar a su Chorrillo natal.

La cita con Durán la concertamos para las 2 p.m., pero se realizó a las 7 p.m., luego de constantes insistencias telefónicas.

Pero, ¿por qué la tardanza? Los compromisos como embajador de Deportes y un pequeño quebranto de salud nos jugaron la mala pasada cuando buscamos a Durán, exrey de los pesos livianos, pese a la cita concertada.

“Mira má, a él lo tengo sufriendo, pero es que tengo un resfriado que no te imaginas”, dice el exboxeador a su esposa, Felicidad Iglesias, quien preparaba los patacones con los que más tarde, la leyenda boxística vería una velada panameña de ese deporte.

La televisión y el cine son parte esencial en la diversión de “Mano de Piedra”, quien se confiesa fiebre de la gran pantalla. Cuando va al cine sale hasta las 3 de la mañana de las salas, dice.

“Veo de 3 a 4 películas cada vez que voy ”. De igual manera tiene un proyector y una pared blanca del tamaño de una pantalla de cine en su hogar, por lo que a veces ni ocupa salir.

Quizá por esa pasión suya por el sétimo arte, en su homenaje se realiza una película, la cual revivirá la historia de su vida.

“Es un proyecto que me ilusionó mucho. Se está cosechando para noviembre. Vamos a esperar a ver qué pasa. Lo más importante es cuánto van a pagar por eso, no tanto la historia mía”.

Junto al sol...

Su entretenimiento y disfrute de cada momento de su vida es esencial.

“Tengo una mesa de pool, un gimnasio. Como y bebo hasta que salga el sol. Me voy donde un amigo mío en la Taberna 21, acá cerca, por lo que no necesito usar carro, no me preocupo”, cuenta.

Y aunque en Panamá es más admirado que cualquier otra persona, “El Ciclón” sabe que por su edad debe de manejarse con cuidado.

“La violencia está por todo lado, y uno no es una monedita de oro para caerle bien a todo el mundo. Por eso durante el día soy muy casero”, dice.

Declarado amante del pescado y de tomarse unas cuantas cervezas, “Mano de Piedra” no olvida sus raíces y todos los días intenta pasar al menos dos horas en su natal y peligrosa barriada de Chorrillo.

“El único que camina tranquilo ahí, como en cualquier parte de Panamá se llama Roberto Durán. Siempre estoy allá tomando cerveza, comiendo pescado, jugando dominó. Me gusta invitar a amigos a comer en los mejores restaurantes de Panamá. Son gente pobre y no tienen la oportunidad de conocer esos lugares”.

Como embajador del Deporte canalero, sus actividades son numerosas. “Llamaron de la Presidencia. Mañana tenés que ser testigo de 1.500 matrimonios”, le dice desde la cocina doña Felicidad.

“Con este trabajo viajo casi todos los días. La verdad es que soy muy tranquilo. Mi vida es jugar dominó. No fumo. Me tomo un trago como cualquier otro. No soy mujeriego”, cuenta.

En los últimos años se ha dedicado a las inversiones, y entre sus negocios tiene un gimnasio, en el cual se entrenan a los pugilistas del futuro de su nación.

“El centro deportivo se llama KO. Por otra parte tengo una orquesta con la que canto de vez en cuando y me gusta mucho. Estoy pensando en abrir un restaurante. Estamos con el papeleo. Cuando me digan que está listo, pago y lo abrimos. La idea es poner todos mis trofeos para que la gente vaya a tomarse fotos al lugar, porque muchos vienen a mi casa y lo hacen afuera”, añade.

El “Cholo” es claro en que su vida no es la misma que cuando boxeaba; es mucho más relajada.

“La vida es diferente. Yo me agarro y me meto buena plata en el bolsillo, me voy con mis amigos y nos quedamos hasta las 3 a.m. en la calle. Anoche salí y me tomé unos tragos. Hoy es que está lloviendo, sino me hubieras encontrado a la Taberna 21, que es uno de mis lugares favoritos”.

El que pega primero...

“Mano de Piedra” no deja la actividad física de lado. Posee un gimnasio donde realiza un trabajo para mantener un peso saludable.

Mientras muchos boxeadores, luego de su retiro, quedan con algún problema de salud, Durán afirma que el buen nivel en su carrera es lo que lo tiene sin secuelas.

Recuerda que era muy ofensivo y agresivo, ya que es mejor pegar que ser la víctima de los golpes.

“Los paraba con el cuerpo y las manos. Ahora hablo bien y pienso muy bien. Ni en la calle me pegan, el que se mete en la calle conmigo le voy a dar”, dice.

Reflejo de su buena condición, es que aunque sufrió un grave accidente de tránsito en 2001, continúa con todos sus sentidos funcionando de excelente manera.